viernes, 6 de noviembre de 2015

Ahora murió la hermana del sanador de Varela



El Hermano Pascual está convencido de que es un Don de Dios, aunque a veces le cueste llevarlo y sienta que es una cruz. Puede ver el sufrimiento de quien llama su prójimo, observar su enfermedad e inducir para su curación. Siempre a través de la medicina, según sostienen sus seguidores. Ese Don lo ha convertido en uno de los Sanadores más famosos del país.
Sin embargo, este es uno de los años más dramáticos del Hermano Pascual. A los problemas familiares que lo llevaron a mudarse a Villa Guillermina, en la provincia de Santa Fé, ahora se suma la muerte de su hermana Santa Morel ocurrida días atrás.
Santa falleció a la edad de 71 años en Villa Ocampo, una localidad cercana a Guillermina. Sus restos fueron velados en la casa mortuoria local, sito en calle Belgrano 1269, y sepultada en la necrópolis de esa ciudad santafecina. El dato fue confirmado por una vecina de la zona quien señaló además que “Pascualito” como se lo conoce allí permanece en Santa Fe con su hijo y junto al resto de la familia Morel.
Aparentemente separado de su esposa y con algunos cruces de opiniones con sus hijos, el sitio de la red social anunció la peor de las noticias para sus seguidores de todo el país. “Se informa y se confirma que nuestro querido Pascual, estará ausente por un largo tiempo”. Y las repercusiones empezaron inmediatamente. Ahora, se conoció además el fallecimiento de su hermana que lo conmovió especialmente.
Villa Ocampo es un pueblo cercano a Guillermina dónde está radicada la familia de Pascual y dónde hasta hace poco vivía su hermana.
Profundamente Católico, Pascual supo cursar sus estudios teológicos en la escuela del Perpetuo Socorro, sobre la avenida Calchaquí en Quilmes. Los martes y viernes a la noche aparecía en las aulas ataviado con su poncho bordó, una compañía infaltable en su apariencia, igual que su larga barba blanquecina. Allí se ordenó de Ministro de la Eucaristía y después de Diácono Permanente, un estadío previo al sacerdocio, pero sin la obligación del celibato. Por eso sus seguidores hablan de misa, previo a la atención espiritual. En realidad, técnicamente lo que Pascual hace es la Celebración de la Palabra y de la Eucaristía. Para eso se preparó y la iglesia lo reconoce como Laico.
Entre 1994 y 1995, Pascual Morel mudó toda su actividad a un “campito” en Villa Guillermina, provincia de Santa Fé. Un empobrecido pueblo conocido como Colonia Piloto. El por qué siempre fue un misterio. Algunos, los más osados, hablan de “un tema caliente”. En ese lugar había nacido y es donde por estos días pasa sus horas, una de las más dramáticas emocionalmente de su vida. Para los vecinos, Pascualito suele hacer una suerte de retiro espiritual en esa zona y es propenso a no quitarle a la zona su tranquilidad rural por la que no es afecto a atender allí.

En aquel extraño paraje rural el hermano se lo conoce como “Pascualito”. Y generó un boom que todavía resuena en la memoria de los habitantes. Hasta allá llegaban ómnibus de todo el país. En algún momento Pascualito decidió pedir una donación de dos o tres ladrillos para los que se iban a atender. Todavía el conductor del colectivo recuerda con gracia cómo la bodega del vehículo circulaba lleno de ladrillos. “Más de una vez nos encajamos en el barro por el peso”, dijo.
Otros de los recuerdos hablan de personas que al no poder llegar en colectivo utilizaban un carro. “A veces llegaban y no los atendía, pero nadie se volvía enojado”, recordó.
Su actividad comercial es un misterio, sin embargo en la AFIP, Pascual Morel fija la dirección en aquel paraje santafecino desde 1998. Es monotributista en la categoría E, venta de cosas muebles.

infosurdiario.com.ar

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