domingo, 7 de agosto de 2016

La industria de juicios laborales: los "caranchos" ahogan a las Pymes

Dueños de pequeñas y medianas empresas denuncian que los tiene de rehenes una industria del juicio. Hay miles de demandas por enfermedades laborales y estudios jurídicos que concentran el negocio. Las ART también se ven perjudicadas, y trasladan a las cuotas los mayores costos. Desde una entidad  empresaria prometen que si se resuelve el problema generarán un 10 por ciento más de empleos.

“Hay un carancheo organizado a la salida de las clínicas que hacen medicina laboral. Los trabajadores son abordados incluso por trapitos que les dan las tarjetas de abogados que los convencen de iniciar juicio”, dice un pequeño empresario en una oficina de un parque industrial del sur del Gran Buenos Aires.


“Uno de mis empleados me dijo que necesitaba la plata y que no estaba haciéndole ningún daño a la fábrica, porque nos quería cuidar. Que la que iba a pagar era la Aseguradora de Riesgos del Trabajo, la ART”, relata otro.

Nicolás Santos tiene una hilandería. Las demandas que debió enfrentar por enfermedades presuntamente de origen laboral son más de cincuenta. Treinta y cuatro están todavía en curso.

"Son una escuela de caranchos, están haciendo destrozos en las Pymes de la zona sur".
“Nuestra empresa era una multinacional. La compramos, y ahora somos una firma argentina. Las  demandas que nos hacen por una cervicalgia, lumbalgia, o una hernia posteriores al cese de la relación laboral son todas iguales, casi calcadas, y presentadas por los mismos abogados”, señala.

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Osvaldo Rosato es socio en una empresa papelera familiar, y evoca los inicios. “Mi papá tomó un crédito, mi mamá era su secretaria, y  para nosotros los hijos la empresa fue la primera escuela. Barríamos el taller para tener unos pesos y comprarnos las bolitas. Hoy damos trabajo con nuestra papelera a cien personas.  Pero los abogados nos están desangrando con las demandas”, se queja.

“Hay un estudio en Quilmes, iniciado por el padre, de apellido Betti, pero seguido por los hijos, que firma todas las demandas. Los profesionales de la misma firma se alternan. Son una escuela de caranchos. Están haciendo destrozos en las Pymes del área de Quilmes, Berazategui, Florencio Varela. Todas las empresas que son blanco de ellos, saben que pierden”,  asegura.

“Los abogados instruyen a los empleados para que hagan juicios por accidentes que tal vez no tuvieron origen en el trabajo, por ahí se lastimaron jugando a la pelota”, aventura.

PERITOS PRIVADOS

La existencia de fraudes es confirmada por un juez en lo laboral del distrito: “Los magistrados conocemos la situación y yo personalmente creo que el marco legal tendría que ser modificado. Si bien la participación de un mismo estudio de abogados en muchas causas no es un delito, hay irregularidades. Y es verdad que en la mayoría de las ocasiones los peritos convalidan porcentajes de incapacidad altos de origen laboral cuando esto no es así”.

Los peritos se asignan por sorteo entre un listado de profesionales privados. “Ese es uno de los principales  problemas. Los peritos del poder judicial fueron jubilándose y sus puestos dejados vacantes. Es difícil conseguir un médico que vaya a trabajar y cumplir horario por el bajo sueldo que se paga”, explica el juez.

Santos refuerza la situación descripta por el magistrado: “Los peritos tienen los honorarios acoplados al resultado de la pericia. A mayor porcentaje de incapacidad, mayor honorario recibido”.

"SIEMPRE PAGAMOS NOSOTROS"

Una vez que se tiene el resultado de la pericia, negativo para ellos, los empresarios comprenden que les conviene conciliar antes de la sentencia.

“Las demandas son de 500 a 600 mil pesos, que con el interés y actualización se duplican hasta un millón 200 mil.  Una sentencia así puede llevar a una Pyme a una situación difícil, hasta a una quiebra” advierte Santos.

“Si el trabajador pierde el juicio, igual tenemos que pagar. Un abogado pidió 900 mil pesos por una lumbalgia, y aunque la pericia dio cero de incapacidad, igual tuvimos que desembolsar 150 mil  pesos entre costas de abogados y honorarios de peritos, porque son una proporción de la demanda, independientemente del resultado” , detalla Rosato.

Este año habrá más de 122 mil nuevos juicios, la mayoría en la Ciudad de Buenos Aires.
Santos se defiende: “Hace ocho años que no tenemos un solo accidente en la planta. Hay un servicio médico permanente, se hacen revisaciones periódicas, y pagamos una segunda obra social además de la sindical. Si uno lee las demandas, sin embargo, aparecemos como explotadores de la primera época de la revolución industrial en Inglaterra".

De hecho, las cifras nacionales indican un fuerte descenso en la cantidad de accidentes de trabajo, un 70 por ciento en los últimos veinte años. Sin embargo, la cantidad de juicios ha crecido exponencialmente . La proyección de la Unión de Aseguradoras de Riesgo del Trabajo indica que habrá este año más de 122 mil nuevos juicios, la mayoría en la Ciudad de Buenos Aires.

Desde la reforma de la ley 26773 en el 2012, el demandante debe elegir una sola vía para su reclamo. Ya no puede demandar civilmente al empleador y en la justicia laboral hacer un reclamo  a la ART. Por lo general, entonces, elige a la aseguradora, debido a su solvencia.

Esto no fue sin embargo una solución para las Pymes. Las primas de seguro subieron junto con el índice de litigiosidad.

“Tenemos miedo a tomar gente, por la famosa industria del juicio laboral, donde el que pone la mano en el bolsillo es siempre el industrial. Es imposible trabajar así. Si no se resuelve no va a haber más empleo genuino, sino más delincuencia”, sentencia Osvaldo Rosato.

DIEZ POR CIENTO MÁS DE EMPLEOS

Daniel Rosato, hermano y socio de Osvaldo y coordinador de la Mesa de Industriales Bonaerenses , refuerza el diagnóstico.

“Con el aumento de la cantidad de juicios, las ART enfrentan un costo de miles de millones de dólares y se lo trasladan a las Pymes industriales en el valor de la alícuota. Ha subido desde el 2 o el 3 por ciento cuando se inició el sistema hasta la actualidad, de un 15 a un 20 en algunos casos", precisa.

“Nosotros calculamos el costo laboral en un 25%, porque cuando un obrero deja de trabajar lo tenemos que reemplazar temporalmente por otro. Es una época difícil, que nos requiere que seamos competitivos. Pero así, es imposible”, indica.

A la situación se agrega, naturalmente, el impacto de los tarifazos y la caída del mercado interno. La producción de las pymes industriales bajó 5,9 % en junio comparada con el mismo mes del año pasado y de acuerdo con cifras de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) alcanzó el nivel más bajo en 7 años.

El dirigente empresario asume un compromiso que expuso recientemente en el Congreso, adonde llevó la problemática del sector con más de 300 pequeños y medianos industriales. Y que adquiere una relevancia especial en una época de sostenida pérdida de empleos.

“Si la cuestión de este tipo de juicios se resuelve, nos comprometemos a generar un diez por ciento más de puestos de trabajo ”, garantiza.

tn.com.ar

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