jueves, 6 de agosto de 2015

HABLEMOS DE LA JAURETCHE

Comunicado de Prensa del Partido Obrero Frente de Izquierda-Lista Unidad

Declaraciones de Roberto Gellert, candidato a Intendente por la Lista Unidad del Frente de Izquierda.
La Universidad Jauretche es uno de los “caballitos de batalla” de la gestión Pereyra. Es una de las nuevas universidades de las cuales se jactan los gobiernos nacional, provincial y municipal, porque supuestamente fusiona la “inclusión” y la “territorialidad” en materia educativa. Sin embargo, la UNAJ no hace más que presentar el carácter disfuncional de un sistema educativo destruido bajo la “década ganada” de los K. La UNIPE (Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires) de clara filiación oficialista, nos revela que del total de inscriptos el 25% no comienza la cursada, y que otro 30% deserta en los primeros meses de estudio.
Las causas se encuentran en las dificultades económicas de muchos jóvenes para mantener la regularidad (costo de viáticos, alimentos y amplitud de horarios de cursada y guarderías para los estudiantes que trabajan o tienen hijos a su cargo), y en los bajos rendimientos en aspectos indispensables como la lectoescritura y la comprensión de textos. La “nivelación académica” que busca la UNAJ por medio de tutorías y talleres de todo tipo (en mano de docentes monotributistas o ad honorem) busca tapar el fracaso de la educación secundaria de la última década.
La UNAJ es parte de la ampliación de una superestructura educativa que el gobierno muestra como vehículo de la movilidad social para los sectores de trabajadores históricamente marginados de la educación universitaria, pero que otorga títulos de poca utilidad sino están acompañados por carreras de posgrado que son pagas. A estos títulos no todos los estudiantes pueden llegar y son los que sí podrían garantizar algún tipo de salida laboral. La UNAJ no escapa de la lógica del desfinanciamiento público y de un creciente financiamiento privado, que tiene como correlato una mayor intervención de empresas nacionales e internacionales en la vida académica. La asamblea universitaria y el consejo académico están integrados por las empresas que dominan la proyección laboral de las carreras. Aunque la UNAJ tiene cierta importancia desde el punto de vista de la relación que ha establecido entre sectores nuevos que acceden a la universidad con el régimen K, es absolutamente disfuncional desde el punto de vista del capital, ya que este es incapaz de asimilar en su estructura económica a sus egresados. Una situación que se agrava con la recesión económica y el ajuste.
El kirchnerismo posa de haber “saltado los muros” de la Universidad tradicional para vincularse al pueblo, pero la burocracia que dirige la UNAJ nunca se han pronunciado a favor de ninguna lucha docente ni estudiantil. Por el contrario, la militancia K en las universidades es parte de un contubernio junto a las empresas y los punteros históricos del peronismo que refuerza el vaciamiento de la educación pública.
Como dice nuestra plataforma educativa, hay que colocar a la educación –en todos sus niveles- al servicio del desarrollo social y nacional para poner al país sobre nuevas bases sociales y económicas. El sistema educativo tiene que estar al servicio de los interese de los trabajadores y el pueblo.

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