El ramal 2, que se podría decir que es casi de circulación exclusiva por Florencio Varela es prestado por colectivos muy deteriorados, sucios y con un alto riesgo para los pasajeros de sufrir un accidente dentro de los mismos.
Regularmente estos colectivos carecen de pasamanos en los asientos imposibilitando que los pasajeros puedan sostenerse para su seguridad ya que algunos de ellos no pueden acceder a los pasamanos superiores por la escasa estatura, principalmente en las personas mayores.
Los asientos están literalmente destartalados, algunos son imposibles de utilizar por los pasajeros, otros están rotos y dejan a la vista el relleno de los mismos.
Algo similar ocurre con las ventanillas, en su gran mayoría están trabadas y no se pueden abrir, debiendo los usuarios padecer un clima interno que es agobiante en estos días de calor.
La limpieza de las unidades «brilla por su ausencia», las carrocerías y en el interior es notorio la cantidad de tierra y en algunos casos barro que tienen, además la cantidad de desperdicios y basura que demuestran a las claras que estas unidades cuando llegan a la cabeceras del recorrido no son atendidas como corresponde para su higiene.
Otro tema alarmante la cantidad de elementos peligrosos que se ven a simple vista y atentan contra los usuarios de padecer algún accidente.
Los pasamanos tienen tornillos expuestos para que algún distraído se corte la mano; los pisos de las unidades están reparados con trozos de chapas y en ciertas partes este elemento queda levantado y pasible de ser un elemento cortante para las extremidades de los pasajeros; tanto algunas puertas de ascenso como de descenso no poseen pasamanos, debiendo los pasajeros hacer equilibrio al subir o baja de las unidades.
Entrando en detalles más técnicos es notable en ciertas unidades el deterioro mecánico que tienen y la falta de mantenimiento.
Por ejemplo circulan vehículos con la suspensión en pésimo estado, provocando «saltos y golpes» cuando atraviesan los reductores de velocidad (lomo de mula); en otros su motorización está en tan malas condiciones que producen gases tóxicos en el interior y queman gasoil con una densa humareda al circular por las calles varelenses.
Si analizamos específicamente el mencionado ramal 2 de la línea 324, caemos en la cuenta que nadie sabe la frecuencia de los servicios. Pueden tardar 45 minutos, una hora o más entre uno y otro; todo es una aventura y el pasajero debe esperar para utilizar un servicio miserable.
Esta desidia por parte de las autoridades de la empresa Primera Junta cuenta con la complicidad de ciertos funcionarios municipales que nada hacen para inspeccionar las unidades y exigirles un mejor servicio, limpieza, seguridad, etc.
Algo tan simple como: UNA MEJOR CALIDAD EN EL TRANSPORTE de los varelenses.
Periódico EL PROGRESO
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