miércoles, 9 de septiembre de 2015

Trescientos alumnos de Varela, sin escuela, deben estudiar en una parroquia y un club


 Trescientos alumnos de Varela, sin escuela, deben estudiar en una parroquia y un club

Por las demoras en las obras de la escuela 42, alrededor de 300 chicos no pueden volver a su establecimiento educativo. En enero, demolieron el colegio pero la obra está parada y los edificios sustitutos no cubren las necesidades.

La preocupación se acentúa entre los docentes y los padres de los estudiantes de la Escuela Primaria Nº 42 de Florencio Varela. Tal como se estableció en agosto del año pasado, antes del comienzo ciclo lectivo se demolió el antiguo edificio del colegio, para construir un uno nuevo. Sin embargo, las obras rápidamente fueron paralizadas y los casi 300 alumnos del establecimiento fueron divididos en una sociedad de fomento y una iglesia para que tuvieran clases. Pero a la espera de su nueva escuela, las aulas alternas no cumplen con sus necesidades, ya que según comentan los padres, los baños no alcanzan, los techos tienen filtraciones y no hay calefacción.

El edificio de la Escuela Benita Gorostidi de González, en el barrio La Rotonda, fue demolido en enero. Pero no hubo grandes avances desde ese entonces y los trabajos fueron interrumpidos.“De cuarto grado a sexto grado los chicos han sido ubicados en la sociedad de fomento del barrio. De primer grado a tercero han sido ubicados los chicos en la iglesia Santa Rita de la Rotonda. El tema es cómo están los chicos en la iglesia. Son nenes de 6 a 8 años que no tienen calefacción, tienen medio techo porque entra frio por todos lados; no tienen gas, solo tienen un baño para todo el personal: alumnos y docentes, profesores y auxiliares”, explicó Gladys Peña, delegada gremial de la Escuela Secundaria Nº 40 que funcionaba en el mismo edificio de la Primaria Nº 42, en diálogo con Varela al Día. “Pasaron de un lugar malo a un lugar peor. La vieja primaria estaba en muy mal estado, pero por lo menos podían estudiar. Ahora van a pasar de año sin recibir ni la mitad de los contenidos”, comentó María Cristina Abal, madre de una alumna, a El Quilmeño.

El reclamo de los padres, es claro: “La constructora que estaba antes quebró y por eso la obra está paralizada. Nuestros pibes no pueden esperar más para tener una educación digna, exigimos que se tomen medidas urgentes para que estudien en mejores condiciones”. La situación es complicada tanto para los docentes como para los chicos. Al no estar equipadas, las improvisadas aulas están separadas apenas con durlock y no están correctamente techadas. “Hay goteras en los techos de chapa y los chicos se empapan cuando llueve, y se pusieron estufas que funcionan a medias. Se perdieron muchas horas de clase por culpa del frío”, lamentó Abal. Y agregó: “Los chicos no pueden ni concentrarse, porque no escuchan a su maestra por los ruidos”. Es un problema que exige una rápida solución para el bien de la comunidad.

infonews.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario