sábado, 30 de abril de 2016

La jubilada japonesa y su vecino murieron asfixiados

LA AUTOPSIA REVELÓ QUE LA MUJER FALLECIÓ POR ESTRANGULAMIENTO Y EL HOMBRE POR LA ASFIXIA CAUSADA POR UNA BUFANDA QUE LOS ASESINOS LE PUSIERON EN LA BOCA. EL CRIMEN SE DESCUBRIÓ EL MIÉRCOLES PASADO EN UNA CASA DE LA LOCALIDAD BONAERENSE DE FLORENCIO VARELA.

Si bien el informe completo llegará esta tarde, los médicos forenses que practicaron ayer las autopsias le adelantaron algunas conclusiones vía telefónica al fiscal de Florencio Varela a cargo de la causa, Darío Provisionato.


Según las fuentes judiciales consultadas por Télam, en el caso de Yoshiko Kumakura (73), la causa de muerte fue una asfixia mecánica por estrangulamiento manual.

Respecto a la segunda víctima, el vecino Martín Quiroga (50), tenía un fuerte golpe en la cabeza pero murió también por asfixia aunque, en su caso, por la broncoaspiración que le generó la bufanda que le colocaron dentro de la boca.

En ambos casos, como ya había adelantado el médico policial que estuvo en la escena del crimen, los cuerpos fueron semicalcinados post mortem.

El fiscal aguardaba que recién esta tarde llegue el avión que traía desde japón al viudo de Kumakura, Toshiaki Oda, quien estaba de viaje en su país para tratarse por una enfermedad y tenía previsto regresar recién en seis meses a Argentina.

La casa no estaba revuelta, por lo que los pesquisas aguardaban la llegada del viudo para que confirme si hay algún faltante.
El fiscal Provisionato y los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes estaban focalizados en descubrir cuál pudo ser el móvil del crimen.

Una de los hipótesis que se están analizando es si el hecho puede estar vinculado a una venganza cometida por ladrones que hace seis o siete meses no lograron robar en la casa porque fueron perseguidos a los tiros por el marido de la víctima.

El hecho fue descubierto el miércoles al mediodía, en una casa de dos plantas situada en la calle Cariboni al 2127, de Florencio Varela, en la zona sur del conurbano.

Allí fueron hallados asesinados y semicalcinados los cadáveres de la dueña de la casa, Kumakura, y de su vecino Quiroga, quien vivía en el mismo barrio que la jubilada, solía concurrir a la casa de ella por la tarde, al concluir su jornada laboral en la Capital Federal, y permanecía allí hasta la noche.

Los cuerpos fueron encontrados por el herrero que le alquila a los japoneses un local comercial ubicado al lado de la vivienda.

A este hombre le resultó sospechoso hallar el portón de la calle abierto y luego atravesó otras tres puertas que los asesinos habían dejado abiertas, hasta llegar al dormitorio matrimonial donde encontró los cadáveres.

Cuando los peritos policiales arribaron al lugar constataron que los cuerpos estaban maniatados con telas, calcinados desde la cintura para arriba y mientras Quiroga presentaba signos de haber sido golpeado previamente, la jubilada tenía un trapo en la cara que podría haberla sofocado, dijeron los informantes.

Para los peritos, el presencia del trapo y los golpes podrían ser signos de que las víctimas fueron torturadas mientras estaban maniatadas y antes de ser prendidas fuego.

télam

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