Ya contamos la historia de Camila, la madre que por primera vez pudo regalarle un juguete a cada uno de sus dos hijos el pasado Día del Niño, gracias a la Asignación Universal por Hijos. Causó tanta esperanza que la página web del diario explotó con más de 15 mil usuarios que hicieron click sobre la noticia en el mes pasado y más de mil dejaron su comentario. A favor y en contra.
Conocer estadísticas no siempre son buenas, sino reflejan la cara que ocultas los fríos números. Esa fue la intención de la nota a Camila del barrio Procasa de San Francisco.
Conociendo esos rostros, vueltos a la esperanza, damos a conocer los guarismos que reflejan varias encuestas hechas por expertas empresas del rubro y que demuestran un gran crecimiento en la aceptación del subsidio universal entre la población de Florencio Varela.
Según los encuestadores consultados por Infosur, ésta es la medida que fue ganando mayor consenso entre la población varelense, en sintonía con lo que ocurre en el resto del país. Siete de cada diez vecinos de Varela valora en forma positiva la instrumentación de la asignación social. Un aluvión de apoyo.
En febrero pasado, a cuatro meses de su implementación, una encuesta nacional de la consultora Analogías reflejaba un nivel de acuerdo con la decisión del 53,8 por ciento, contra un 44,1 por ciento de desacuerdo, básicamente expresado en que sería un “desincentivo” para que los desocupados busquen empleo. Esa línea de razonamiento alcanzó su máxima expresión en el titular de un diario de Mendoza, que lo bautizó como el plan “No trabajar”.
Sin embargo, una última encuesta de Ibarómetro, también nacional, revela que la aprobación trepó en julio hasta el 68,5 por ciento, contra un 27,1 de rechazo. Esa encuesta nacional, según los voceros, habría tomado sólo en Florencio Varela unos mil vecinos y la razón de más peso a la hora de valorar positivamente la medida, es que el Gobierno haya extendido el beneficio de la asignación familiar a los desocupados, trabajadores en negro y empleadas domésticas. También se reconoce que más allá del dinero –desde este mes son 220 pesos por mes por hijo, en lugar de los 180 pesos previos–, la asignación promueve la escolarización y la vacunación, requisitos que deben cumplir los padres para que los hijos sigan cobrando.
La consultora Punto Doxa, a su vez, realizó estudios cualitativos entre quienes perciben la AUH. Una de las conclusiones es que existe una fuerte valoración positiva de la relación directa con el programa, por tratarse de una medida de carácter universal. Eso lo despega de los planes sociales tradicionales, que los ubican en la categoría de “necesitados”, “pobres” o “privados de derechos como sujetos sociales”, dice la consultora.
Otro punto sobresaliente de los focus group que hizo Punto Doxa es que los requisitos de escolaridad y vacunación no son vistos por quienes deben cumplirlos como una pérdida de autonomía, sino como una “obligación beneficio”. “Tienen una función ordenadora, sobre todo en un sector social al que le resulta difícil autorregularse”, explica la consultora.
Publicado por Infosur
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