viernes, 2 de octubre de 2009

El Pueblo Despidió al Padre Gino



Mas de 12.000 personas despidieron, con su paso por la capilla ardiente y su presencia en la misa de cuerpo presente, al Padre Gino Gardenal, acudiendo a Cura Brochero. Ayer se vivieron momentos de inmenso dolor, emoción y congoja, cuando los restos de Gino recibieron cristiana sepultura en la tierra que el deseaba descansar en su vejez. El Obispo de Quilmes puso la obra de Cura Brochero en manos del Padre Lucio, discípulo de Gino. Todos los sectores del quehacer varelense participaron de la histórica exequia.






A las 16:25 de ayer, el ataúd con los restos del Padre Gino Gardenal, fue descendido en la tumba habilitada frente a una enorme pintura de Cura Brochero. Asi concluían más de 25 horas de homenajes que nuestro pueblo le brindó al sacerdote de la Capilla Nuestra Señora de Luján, perteneciente a la obra que el cura forjó desde 1982.

¡Gino es Pueblo!, gritó el profesor Rodolfo Briata en plena homilía del Obispo Luis Stöckler. No estaba errado. Esa frase resumió en tres palabras el sentir de las más de 2000 personas que acompañaron la ceremonia. Por momentos llovía y nadie se retiraba. Todos los estamentos del quehacer local no dejaron de darle la última despedida al Padre. No hubo datos concretos, pero lejos la cantidad de gente que pasó por la capilla ardiente superó las 10.000 personas. Algo más, algo menos, no importa el error. Sí se puede asegurar que todos fueron a Cura Brochero a rendirle homenaje a un tipo sin igual.

La ceremonia se armó en la Carpa con la que Gino evangelizó durante 14 años la zona sur más pobre del conurbano. El Obispo Stöckler realzó la obra de Gino, frente al féretro abierto al pueblo, en el interior de la Carpa. Y la gente pedía Carpa. Gino lo hizo, en una de las Diócesis más pobres del conurbano. El alto Prelado ordenó que el Padre Lucio se haga cargo de todo lo que Gino impulsó en Cura Brochero. No se sabe si también contará con el regreso de la Carpa.

La comunidad que organizó Gino durante tantos años en Cura Brochero, hizo que nada fallara. Desde la atención con un café a quienes se acercaron a la Capilla hasta el cerco que nadie violentó cuando el féretro a pulso fue llevando hasta la última morada. El intendente Julio Pereyra, presente en la ceremonia, había autorizado, decreto mediante, a referéndum del Concejo Deliberante, que los restos de Gino descansen en Cura Brochero. La ceremonia tuvo un récord particular: durante casi 24 horas se interpretaron temas musicales religiosos, acompañados con guitarras y acordeón a piano. Entre los vocalistas estaba la concejal Nélida Ruíz. Hasta hubo Zapucai.

Miguel estaba junto a Miguel. El sacristán de San Juan Bautista que encontró a Gino muerto en su dormitorio y el Padre Miguel Hrymacz, cuya obra alcanza o supera a lo hecho por Gino. Sin dudas que Gino y Miguel han sido y serán íconos en la ayuda social a los más pobres de Florencio Varela.

Ayer no había distinción entre los sacerdotes. Estaban todos, incluidos en Padre Luis Farinello, uno de los más mediáticos.

La Misa de cuerpo presente se extendió por más de una hora y media. Pasadas las 16 en féretro fue cerrado para dar paso al último recorrido por los pasillos de Cura Brochero. Gino no hubiese querido coronas, sino ayuda a los más pobres. Pero las coronas llegaron. Estaban alli. En los pasillos y sumaban más de una docena.

Con la imagen de la Virgen de Luján al hombro y el féretro cargado a pulso, dio comienzo el recorrido final. La gente levantaba los cancioneros entregados a cada uno de los presentes. El folleto de papel obra tenía por título “Vivió para la felicidad de su pueblo”.

La multitud de vecinos marchó detrás del ataúd. El diácono Antonio Miño, amigo de Gino, tomó una de la manijas del féretro y no la soltó hasta la fosa donde habría de reposar el padre. El obispo Stöckler volvió a hacer uso de la palabra para despedir a Gino. La camiseta de Boca Juniors fue prolijamente colocada sobre el ataúd. La gente recibió claves para arrojar en el momento más triste de la ceremonia, como el de la cristiana sepultura. Alli estaban los más humildes. Los que Gino hubiese dejado pasar la cuerda que separaba a la multitud de los íntimos. Los Bomberos aplaudieron, la policía también, inspectores de tránsito y empleados de Defensa Civil municipal hicieron lo propio. El aplauso fue cerrado, intenso, lleno de emoción. Los guitarristas no paraban de tocar. Más Zapucai. El acordeón a piano tronaba. Se iba Gino. Quienes alli estuvimos fuimos partícipes de un hecho histórico, inigualable, que marcará la historia de nuestro partido. Será el 30 de Setiembre, dia en que recordaremos aquel hombre que entregó su vida por el sacerdocio.

Se fue el Padre Gino Gardenal, Mensajero de Jesús entre los Pobres

1 comentario:

  1. Luis: Qué lindas palabras, tristes, pero lindas. Cuán cierto todo lo que decís... Se notaba el reconocimiento sincero de los que menos tienen para con el P. Gino, el que siempre tenía la palabra justa, la mano tendida... Cuánta falta nos hace mas gente como él. Gracias. Fernanda

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