Un gol olímpico de Díaz abrió rápidamente el marcador, y el partido ya estaba 1 a 0 a favor de Defensa y Justicia cuando no habían pasado 2’ de juego.
El gol fue un golpe del que la Gloria poco a poco se fue recuperando. De pelota parada fue Torresi quien acercó las mejores posibilidades para empardar el juego.
En la más clara, Zapata habilita a Torresi, éste lanzó un tiro cruzado y Gagliardi se estiró aunque la pelota se perdió por el fondo.
Instituto presionó a Defensa en su campo y de a ratos lo complicó. Sin embargo, a los 24’ el volante Emiliano Romero se hizo del balón en tres cuartos de cancha, sacó un zapatazo desde afuera y, tras rebotar en Barsottini, el balón se coló junto al palo derecho de Carranza. 2 a 0 y a remarla.
A partir de ahí, Defensa pudo haber aumentado el marcador ante un Instituto que se mostró desanimado.
En la segunda parte, Instituto siguió igual de tibio e inofensivo. Cortado en todas sus líneas y anímicamente derrotado no pudo ni siquiera acercarse al arco rival con algo de peligro. Quizás el peor partido de la Gloria en el presente torneo, mostrando un desorden futbolístico poco habitual en los equipos que dirige Vivas.
Klimovicz y el ingresado Lázzaro esperaron en vano que alguna pelota llegara al área. Sólo un par de balones de pelota parada cruzaron la 18 sin inquietar a Perafán.
Sin embargo, en el otro arco Carranza poco a poco se convertía en la figura que evitó una goleada en Florencio Varela: primero le sacó un mano a mano a Díaz y luego retuvo tres remates de afuera que tenían destino de red.
Instituto jugó mal, no puso ni las manos y perdió. Y lo más preocupante es que perdió sin demostrar que hoy se jugaba una parada más que importante para aplomarse en los puestos de promoción.
Ojalá no vuelvan los fantasmas de siempre a Alta Córdoba.
La Mañana de Córdoba
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