El fuego estalló, según testigos, en la pasada medianoche, en un depósito de tambores usados de aceite en la calle Bosques de ese municipio del sur del conurbano bonaerense, a la altura del kilómetro 38 de la ruta 36.
El fuego, cuyo origen por el momento se desconoce, estalló en momentos en que el depósito estaba desierto y el barrio dormía, y entre sus consecuencias más dramáticas, provocó el estallido de decenas de envases de latón de 200 litros allí acumulados por miles.
La virulencia de las llamas, provocada por el carácter combustible de los restos contenidos por los tambores, obligó al trabajo denodado de diez equipos de combate del fuego. La toxicidad del humo, a su vez, provocó problemas respiratorios a varios vecinos.
Los bomberos de Florencio Varela debieron pedir el apoyo de sus colegas de Quilmes y Lanús para el desafío. En total se involucraron 45 hombres, según informó al canal porteño Crónica TV un oficial que participó en el episodio.
El depósito afectado, de unos 50 metros por 50, resultó completamente tomado por las llamas que incluso, por el derrame de liquidos combustibles, avanzaron hacia la calle y se aproximaron a un par de casas, aunque fueron detenidas con espuma y nuevamente circunscriptas al predio siniestrado.
Las familias de las casas linderas, que no eran muchas porque es una zona de construcción rala, evacuaron instintivamente sus viviendas o fueron inducidas a ello por el alerta de los bomberos, en medio del temor provocado por las explosiones.
Uno de los motivos por las cuales las casas vecinas no se prendieron fuego fue la existencia de un alto muro perimetral en el depósito que, si bien en ese sentido representó una protección, finalmente se convirtió en una amenaza porque la violencia del fuego lo puso en peligro de derrumbe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario