miércoles, 27 de julio de 2011

EN SALUD, LAS COSAS NO VAN TAN BIEN

Hace unos pocos días asistíamos a las noticias periodísticas que mencionaban el lanzamiento de una corriente sanitaria en Florencio Varela, con la participación de las autoridades del gobierno municipal, el ministro de Salud provincial y, a través del video, de la máxima autoridad del área en el ámbito nacional, el Ministro de Salud Juan Manzur.


Involucrados de manera insoslayable en la temática, a expensas de ser la organización de Profesionales de la Salud ampliamente mayoritaria en los niveles provincial y municipal, observábamos con preocupación la notable distancia que existe entre los discursos y la realidad.

Acordando con el concepto de la importancia de la salud como parte de una política de estado integral para la población y con el planteo que realizaba nuestro Intendente Julio Pereyra acerca de trabajar para la promoción y prevención en salud a los efectos de tratar de mantener sana a la población, creemos que, en esa línea, es indispensable la dotación de recursos humanos y materiales acordes con las necesidades en los Centros de Salud.

Bien conocido es que en el Primer Nivel de Atención se debieran resolver en forma adecuada gran parte de los problemas de salud de nuestra comunidad, ya que las tareas de promoción, prevención y asistencia básica son, al menos, el 80 % de todas las consultas. El trabajo en equipo, en los lugares donde la población vive, permite el abordaje necesario para dar respuestas a las cuestiones sanitarias que se plantean.

Sin embargo, vemos que sistemáticamente se deja de lado la idea de fortalecer la asistencia en los Centros de Salud, contraponiendo lo que se dice con lo que se hace de un modo muy evidente. Los sueldos más bajos, los cargos más precarizados, las condiciones de trabajo más inadecuadas, son las que imperan en el Primer Nivel. Nos preguntamos: ¿es posible desarrollar la Estrategia de Atención Primaria de la Salud, a la que en teoría todos adherimos, sin presupuestos acordes a su implementación?

En esta observación, es imposible soslayar el rol del Ministerio de Salud nacional, con la mayor responsabilidad en las políticas del área y una gestión que expone claramente la importancia que se le asigna a la Salud en el concierto de las políticas de gobierno.

La falta de impulso de una ley nacional de salud, la decisión de mantener un alto grado de precarización en las instituciones y programas a su cargo (El Hospital Posadas y el Programa Médicos Comunitarios son ejemplos muy concretos), la definición de no abrir un diálogo democrático con la organización más representativa de los Profesionales de la Salud a nivel nacional (Fesprosa, con cerca de 25000 afiliados) son sólo algunas pequeñas muestras de su gestión.

La invocación de Ramón Carrillo como “padre del sanitarismo argentino”, encuentra grandes acuerdos en los anuncios, aunque pocos resultados acordes a esa definición en nuestra realidad cotidiana. La campaña “Volver a Carrillo”, que desde el año 2008 llevaron adelante CICOP y CTA, ponía en evidencia, justamente, la necesidad de retornar a las ideas señeras que impulsaron las grandes líneas de las políticas de Salud en nuestro país, absolutamente devaluadas en los tiempos que corren.

Ojalá que a los grandes anuncios y lanzamientos sigan los indispensables cambios que hagan realidad una visión de Salud integral, inclusiva, de calidad, que haga eje en el Derecho a la Salud y en las necesidades concretas de nuestra población.

No habrá Salud para todos sin salarios dignos, cargos estables y condiciones adecuadas de trabajo.



ASOCIACIÓN DE PROFESIONALES DE LA SALUD DE F. VARELA (CICOP)

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