Por Guido Cichello
Tras el pitazo final de Rafael Furchi, todo fue festejo en el Tomaghello. Es que las últimas semanas habían estado cargadas de un dramatismo poco habitual para un equipo como el Halcón, que año tras año, busca destacarse en la segunda categoría de nuestro fútbol. Pelear por mantener la categoría, no es para cualquiera. El temor del descenso está a la orden del día, y analizando las pocas posibilidades de retornar, nadie quiere ni siquiera pensar en lo peor. Por eso los jugadores de Defensa demostraron en los últimos cuatro partidos del año, que tenían un gran equipo. Que podían encontrar la solidez defensiva, que lograron plantearse mano a mano con cualquiera en la zona media, y que tiene delanteros peligrosos.
Igualmente la oreja estaba puesta en lo que sucedía entre Merlo y Jujuy. Al principio la cosa venía pareja en ambos estadios. Hasta que promediando el primer tiempo, llegó la gran noticia, Arraya ponía en ventaja a Gimnasia y así Defensa zafaba de todo. El Halcón, desde el juego, superaba a un Unión timorato y falto de ideas. Pero no podía traducir en la red, todo lo bien que hacía desde el juego colectivo e individual. Porque Chávez estaba imparable por la izquierda, lo mismo con Medina por la derecha, porque Jerez y Lorefice recuperaban todas las pelotas y defensivamente estaba todo asegurado. Faltaba la puntada final de Fernández o Valdemarín. Y así se fueron al vestuario, con una la cabeza puesta en la cancha de Armenio y con el cuerpo en Varela. El segundo tiempo fue más de lo mismo, los de Ramacciotti dominaban las acciones a su antojo, pero le costaba terminar bien lo que creaba. Los minutos pasaban la ansiedad crecía, pero sabiendo que Merlo seguía perdiendo. Hasta que a diez del final, el equipo fue contundente. Primero con Jonathán Chávez, quien definió fuerte ante la salida de Limia, y luego con el Tato Medina, quien sólo tuvo que empujarla debajo del arco. Los minutos finales quedarán en la memoria de todos, es que Merlo ya había perdido su partido, y sólo quedaba el festejo, no por la victoria misma ante el Tatengue, sino por haberse salvado de jugar la promoción. Fue una temporada difícil, porque el equipo se armó para ascender, sin embargo no se dieron los resultados, y se terminó sufriendo por el descenso. Habrá que hacer un análisis en frio, y ya pensar en lo que será la próxima temporada y los objetivos a trazarse.
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FOTO: Leo Lettiere / Varela al Día
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