jueves, 6 de mayo de 2010

LA FALTA DE "CONTROL" A LOS MICROS DE TRANSPORTE ESCOLAR

En Argentina, las leyes y ordenanzas, tienen dos aristas. La primera tiene que ver con la aplicación de las mismas respetando el contenido jurídico. La segunda responde a ciertos mandatos, recomendaciones especiales y el permisismo de sectores que deben ejercer el contralor para que se cumplan.

No obstante, y a manera de justificación, se organizan megas operativos que, lo único que dejan en claro, es la vinculación que tienen con los sectores del poder.



Para poder seguir adelante con el tema, resulta imprescindible analizar una palabra que conlleva la afirmación de lo que sucede en la sociedad actual.



“Control”: Comprobación… Inspección… Examinar… Revisar… etc. Lo que quiero establecer, además del significado etimológico, es el de establecer parámetros entre los que debería ser y lo que ocurre en la realidad cotidiana.



Uno de los problemas que necesita controlarse, se relaciona con los transportes escolares. El municipio ha repartido autorizaciones a diestra y siniestra, pero en rigor de verdad no se efectúan las previsiones necesarias para que, el servicio, se brinde con todas las normas de seguridad vial que están en vigencia.



Si bien dan cumplimiento de la existencia de cinturones de seguridad en los asientos, la persona que actúa de auxiliar del servicio, no controla que los niños los usen. La obligación del responsable se resume en el cumplimiento de la norma establecida.



Hace unos días me tocó ser testigo de una frenada un tanto brusca y pude observar como varios niños se desplazaban en el interior por encontrarse parados. Si mal no recuerdo ningún medio de transporte puede ponerse en movimiento si en su interior se observa pasajeros parados.



Otra variable es que, algunos conductores utilizan el teléfono celular mientras conducen la unidad. No respetan las velocidades mínimas como tampoco las señalizaciones que indican el sentido de orientación del tránsito. En algunos lugares, donde hay escuelas y/o colegios, se nota la carencia de señales que lo indiquen. Tampoco se han detectado señales que alerten a los conductores que no se puede ingresar a esa arteria por ser “contramano”.



En horas del mediodía, el caos es total, en zonas donde no existe la presencia de ningún inspector de la Dirección de Tránsito municipal. ¿Cuál es la razón? Es imposible de determinar de manera fehaciente el motivo de la falta de control.



Ahora bien, cabe señalar, que además de lo expresado anteriormente debemos agregar las verificaciones de los estados de las unidades, la contratación de los seguros correspondientes y el blanqueo de aquellas empresas denominadas “truchas” que compiten de manera desleal con las constituidas legalmente.



El imaginario popular señala, con la veracidad que le da el conocimiento innato, que en Argentina existen dos formas de aplicar las leyes: “una para los pobres” y otra “para los ricos”. Aquí debo disentir porque, en verdad, desde mi modesto entender existen tres formas de aplicación de leyes y ordenanzas. Las señaladas anteriormente y una más que específicamente se relaciona con los funcionarios y políticos.



No debo dejar de mencionar la responsabilidad que les cabe a los padres. Son ellos quienes contratan los servicios de transporte escolar pero una vez acordado el mismo se desentienden y solamente reaccionan cuando ocurren los accidentes… Ya es demasiado tarde…



Si esto no es así, que Dios y la Patria me lo demanden…



¿No le parece? Oscar Fernando Baró

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