martes, 11 de mayo de 2010

CERTAMEN DE VERANO 2010 CÍRCULO LITERARIO VARELENSE

PRIMER PREMIO RUBRO NARRATIVA:
"EL BOSQUE DE CRISTAL"
La tierra está reseca, agrietada como un cuero viejo. El vendaval azota nuestros cuerpos. Nuestras cabalgaduras se doblan abatidas por la tempestad y la marcha extenuante.
El sol expulsa llamaradas de calor intenso antes de suicidarse bajo la línea del horizonte.
La tormenta de polvo nos asfixia, se introduce a través de nuestros poros. De pronto ante nuestros ojos se despliega un fascinante espectáculo; un páramo insondable con dos extrañas figuras me aproximo hasta ellas; una cruz de cinco metros aproximadamente de altura y a sus pies una efigie con la forma de una pareja humana abrazada de forma conmovedora, ambas piezas de cristal. Su sola presencia me perturba hasta lo más hondo, sin llegar a saber porqué.
Nuestro guía se acerca y al observarme absorto en la contemplación me explica:
-Son las figuras de cristal del bosque encantado del Bolsón. Esta noche acamparemos aquí.
Bajamos de los caballos. Les dimos de beber, armamos el campamento, mientras el baqueano encendía el fuego y asaba una pieza de carne.
Al finalizar la cena, más distendidos, el aguardiente circulaba en la ronda.
Más atrás los caballos dormitaban, encendimos un par de cigarrillos. Entonces el guía como adivinando mi pensamiento comenzó a narrar una historia:
“Hace muchos años un terrible incendio se desató en el Bolsón. Gran cantidad de hectáreas fueron arrasadas por el fuego.
El pueblo estaba en peligro de de ser pasto de las llamas. De los lugares más remotos acudieron equipos para combatir el incendio.
Pero lo más destacado fue un grupo de bomberos, casi niños, algunos recién graduados.
Entre ellos había una pareja de enamorados de nombre Lucía y Esteban.
Ella era la única mujer del equipo, que se prodigaban tiernas miradas y besos fugaces. Todos fueron enviados a combatir la marea de fuego.
Jornada tras jornada, se desarrollaba una lucha sin cuartel entre el hombre y la naturaleza.
El intenso viento avivaba las llamas y hacía más difícil la tarea. Los recién graduados se ganaron la admiración y el respeto de todos.
Lucharon a brazo partido junto a sus camaradas más experimentados.
Pero Lucía y Esteban fueron reconocidos entre todos por su valentía y tenacidad. Siempre se los veía trabajando juntos.
Los apodaban afectuosamente la “parejita de la virgen” dado que llevaban una presea de la virgen de Santa Bárbara, de la que eran devotos.
Ante ella se juraron amor eterno y jamás separarse.
Hasta que una tarde un súbito cambio en la dirección de los vientos, determinó que los novatos quedaran acorralados por en fuego.
La mayoría pudo huir, sin embargo la pareja de novios quedó sin salida.
A su alrededor los ciervos, gacelas, zorros y demás bestias del bosque trataban de huir en forma desesperada.
Ellos llegaron hasta un claro donde se alzaba una sólida cruz de madera, en la cual los caminantes se detenían a rezar.
El humo y el calor eran insoportables. El bosque entero era una tea ardiente. Una muralla ígnea los cercaba por los cuatro costados.
Cuando el fin era inexorable ambos amantes se miraron a los ojos por última vez y Esteban le susurró al oído a ella:
-Dime la verdad, amor ¿tienes miedo?
- Junto a ti jamás temo a lo desconocido - le respondió ella serena.
Entonces se arrodillaron frente a la cruz a rezar. Concluida la oración, él la abrazó tiernamente mientras ella apoyaba la cabeza en sus hombros.
A los pocos días entre los restos humeantes de los árboles, hallaron la cruz de madera como si fuera tallada en cristal y en el centro se encontraba la figura de los jóvenes bomberos abrazados, que se juraron amor eterno y permanecer siempre juntos”.

ORLANDO YBAÑEZ

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