lunes, 4 de julio de 2011

Una clave del problema

Los investigadores admiten que “es evidente que los quinteros están en la mira de los delincuentes”. Y encuentran algunas respuestas en la informalidad, en el aspecto económico, de la actividad que realizan. La zona rural ubicada en la periferia de La Plata integra un cordón de 30 kilómetros que llega hasta Florencio Varela, donde 4.800 productores se dedican al cultivo de hortalizas.




Según explican, en general los quinteros están obligados a tener el dinero en su poder para afrontar sus obligaciones diarias. Está claro que ese dato comenzó a correr de boca en boca y los delincuentes lo conocen. Basta con ver los últimos hechos que se registraron en la zona.



Tampoco resulta un dato menor que la mayoría de ellos está lejos de las entidades bancarias. Entonces, para efectuar un depósito o hacer una extracción se tendrían que movilizar largas distancias, y perder así horas de trabajo.



Además, cada vez que son consultados, los investigadores explican que los quinteros trabajan casi sin empleados: ellos mismos realizan las tareas.



La zona rural ubicada en la periferia de La Plata integra un cordón de 30 kilómetros que llega hasta Florencio Varela, donde 4.800 productores se dedican al cultivo de hortalizas.



Según datos oficiales, desde allí se abastece a alrededor del 80 por ciento del mercado con diversos productos, como tomates, pimientos y lechuga, entre otras hortalizas.

El Día de la Plata

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