El Greco (1541-1614) fue uno de los artistas del Renacimiento que más pintó sobre ellos: los ángeles. Su obra “La Anunciación”, terminada en 1575, muestra la llegada del arcángel Gabriel, quien le anuncia a María que va a ser la Madre de Jesús. Desde un punto de vista algo general, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, las experiencias religiosas relacionadas con ángeles se recopilan en muchos casos en la actualidad.
En el cristianismo se concede la figura y existencia del ángel de la guarda o custodio, como aquel ángel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla. Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, el que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios. El más conocido de ellos, en la tradición cristiana, es Lucifer.
TESTIMONIO
No obstante, en Florencio Varela, hay un caso testigo sobre las apariciones angelicales que traspasó las fronteras distritales. Se trata del que le ocurrió a Martín Francisco Álvarez, vecino de Florencio Varela, pastor, fomentista y practicante de la Unidad de la Iglesia del Señor y padre de seis hijos. Este hombre, vivió una experiencia realmente conmovedora cuando fue asistido por un ángel en los momentos más críticos de su vida.
La misma fue inmortalizada en el libro “El Ángel” del periodista y escritor ya fallecido Víctor Sueiro. En la publicación, Sueiro relata la historia de Álvarez con su particular punto de vista: “Mientras (el pastor) circulaba en bicicleta por la Avenida Presidente Illia de Florencio Varela, pudo ver que por la mano contraria se acercaba velozmente un ómnibus de la línea 500. Cuando apenas estaba a escasos metros de distancia, se rompe su bicicleta y pierde el control, cayendo casi enfrente del vehículo”. Y más adelante escribió: “El conductor del ómnibus clavó los frenos a apenas unos siete metros de distancia, pero parecía imposible impedir el impacto, porque a pesar de los frenos, el vehículo continuaba deslizándose con rapidez por el asfalto.
El pastor se quedó inmóvil esperando el golpe en la frente, pero antes logró levantar la vista y pudo ver claramente a un ángel que con los brazos extendidos detenía el vehículo”.
Y añadió el periodista en su libro: “Tenía el tamaño de una persona normal, pero sus grandes alas llegaban hasta el techo del ómnibus. Era blanco y transparente, y sus alas parecían formar parte de su vestimenta, porque no eran de plumas sino de una tela brillante.
El ángel había parado al vehículo en seco y luego se dio vuelta para mirarlo a él, con el paragolpes a sólo veinte centímetros de su cabeza”.
MILAGRO
Este medio entrevistó una vez más a Álvarez. Y su vivencia vuelve a impresionar a 21 años del hecho que lo marcó.
El pastor recuerda que salió a recorrer el barrio Lomas de Monteverde en bicicleta y luego en la tarde, se dirigió a una reunión pastoral en el barrio Los Eucaliptos. “Me fui solo. Tenía pensado ir con otro pastor, pero dos hermanas de su iglesia habían muerto horas antes en un accidente sobre la avenida San Martín”, recordó. El hombre enfiló por la calle Paso de La Patria hacia avenida 13 de Diciembre (en la actualidad Jorge Novak). En su viaje, el pastor recuerda que un colectivo de la línea 500 venía de frente realizando una especie de zig-zag. “El eje de la bicicleta se quebró repentinamente y caí al piso de una manera que se hizo imposible poder recuperarme rápidamente. El colectivo avanzaba y en mi mente sólo aparecía la idea de vergüenza por lo que me podía ocurrir”, confió Álvarez. Y de inmediato recordó con asombrosa claridad: “El micro me iba a pegar de frente. Pero cuando levanto la vista puedo ver al ángel. Él me miró. Se paró con la pierna izquierda hacia adelante y la derecha para atrás. Era transparente mezclado con un color azul. Sus manos estaban puestas en el paragolpe y pude ver que hizo una fuerza como levantando el vehículo. Fue ahí recién que el colectivo freno”.
SALVACION
Según el pastor, todos los testigos que vieron lo ocurrido creyeron que había muerto. Álvarez explicó que se levantó del piso y fue de inmediato a hablar con el chofer. “Cuando pasaron los minutos, pude determinar que la bicicleta estaba debajo del colectivo, cercano al motor. En cambio yo no sufrí ni un raspón”, señaló. La explicación que le encuentra el pastor al suceso es que el colectivo pasó sobre su cuerpo, pero lo protegió el ángel. “No creo que los ángeles cumplan nuestra voluntad. Ellos están al servicio de Dios, no al servicio de nosotros. Por eso no creo en el ángel de la guarda, pero sí creo en que nos envía ángeles para que nos guarden en determinados momentos. Ellos no están a nuestros servicios”, indicó el pastor. Y agregó: “no sentí miedo al ver el ángel. Lo tomé como algo natural que Dios lo enviara y esto afianzó mi creencia espiritual”.
CREENCIAS
“No creo que haya apariciones, sin bien es una bendición. Creo en que existe una cuarta dimensión. Una dimensión espiritual. Son momentos de nuestras vidas donde ingresamos a esa dimensión”, asegura el pastor cuando habla y recuerda sobre lo que le tocó vivir.
“Los chicos y los animales ven a través de esa dimensión espiritual. Nosotros dejamos de verlo así por los pecados cometidos y por pensar en tantas cosas nuestras. Es decir dejamos de ver ese mundo espiritual en el que vive Dios y los ángeles. Hay un momento que ese mundo se hace físico y eso es parte de lo que me ocurrió a mí”.
SUEIRO Y SU VISION DE LOS ANGELES
En el cristianismo medieval, el término ángel hace referencia a la categoría más inferior de las nueve en que tradicionalmente se dividen los seres angélicos. La rama de la teología que se ocupa de los ángeles se denomina angelología.
Víctor Sueiro, en el exitoso libro “El Ángel”, describe a los ángeles como amigos del alma. El autor desarrolla su obra tanto desde la perspectiva periodística como religiosa, en el particular estilo que ha convertido en best seller muchos de sus trabajos sobre estos temas.
Publicado por Infosur Diario
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