sábado, 7 de agosto de 2010

La Vidu y Eliana Sosa..... a todo tango !!!

Son las diez de la mañana en los míticos estudios ION. La fila de bandoneones ataca febril las notas de "Tu pálida voz", un vals en el que el fraseo de Eliana Sosa recuerda a Lidia Borda y Nelly Omar. La orquesta La Vidú vibra en todas sus líneas -violines, bandoneones, piano, guitarra eléctrica, viola y contrabajo- sonando al unísono. No hay nada parecido a una orquesta típica en vivo.


Es un día de celebración para estos jóvenes tangueros y, sobre todo, una noticia alentadora para la escena del tango. Desde los cuarenta, cuando las orquestas solían grabar hasta cuatro discos por año y terminaron casi por desaparecer del panorama, no se registraba un creciente movimiento de típicas nuevas que entren a grabar sus discos (ver recuadro).







Llevar adelante una orquesta formada por dieciséis músicos con un promedio de edad de veinte años ?una de las más grandes de la escena actual? tiene algo de épico y milagroso en estos tiempos. "Decidimos juntarnos porque sabíamos que solos no íbamos a llegar a ningún lado. Entre todos, fuimos haciendo este sueño", cuenta el joven director Gabriel Bartolomei.



El músico de 36 años, que tiene un abuelo que fue inventor en los sesenta y una bisabuela que fundó un pueblo en el Gran Buenos Aires, heredó ese gen creativo. En 2005, decidió fundar la orquesta típica La Vidú, con sus propios arreglos de tangos clásicos y un repertorio nuevo. Comenzaron como un sexteto ad hoc para una obra de teatro y terminaron reclutando estudiantes de música para formar una de las agrupaciones más prometedoras de la escena del tango, que en agosto se presentará en el C.C. Borges.



Además de tocar el piano, Bartolomei compone, es arreglador, toca el violín y dirige a sus compañeros de marras. Pero en realidad todo el grupo se mueve como una gran cooperativa, recuperando los principios de Osvaldo Pugliese. "Hace cinco años que estamos juntando pesito por pesito para grabar el primer disco. Todo lo que juntamos de las actuaciones va a un pozo común. Así pudimos entrar a grabar este primer disco de la orquesta", cuenta Jorge "El Pelado", más que manager, espíritu aglutinador del grupo.



El clima de alegre estudiantina es general, a pesar que a la hora de grabar en el estudio los jóvenes músicos tienen la concentración y la disciplina de 16 monjes. Los chicos se levantaron temprano para grabar. Los integrantes históricos vienen de Florencio Varela, la camada más nueva reside en Capital Federal. A ellos se sumaron dos extranjeros, un colombiano y un francés, que vive en Once. "Este es más porteño que nosotros", apunta, entre risas, el director.



La orquesta viene ensayando fuerte en el GON, un antiguo club de barrio en Boedo, donde pusieron a punto los catorce temas que grabarán en el disco. La perlita es la versión de "Blues de la artillería", el tema del Indio Solari y Skay Beilinson, de los Redonditos de Ricota, que se transformó en un emblema de la orquesta por donde vayan, desde reductos alternativos a milongas bien tradicionales como La Ideal. "Es increíble lo que pasa con el tema, porque los viejos que no lo conocen se recopan con nuestra versión y preguntan de quién es ese tango".



-¿Cómo surgió la idea de versionar los Redondos en una típica?



Bartolomei: -Yo era fanático de los Redondos y era uno de esos temas que tocaba de pibe con la viola. Todavía no sabía que iba a tener una orquesta. Un día pensando en arreglos de clásicos para La Vidú me acordé de "Blues de la artillería". Siempre me pareció que los Redondos tenían una cosa tanguera en sus letras".



Los chicos de La Vidú se apropian de la energía rockera de los Redondos pero en tiempo orquestal, tanguero y bailable. "Nosotros con Gaby teníamos una banda de rock antes ?recuerda Eliana, la voz femenina del grupo?. Ese espíritu de alguna manera se terminó trasladando a la orquesta."



El cover ricotero es una de las nuevas piezas del repertorio de la típica. Otro tema que tiene su historia es la canción "El mañanero". Gabriel Bartolomei la compuso en una madrugada de insomnio. "Una vez me levanté a las cinco de la mañana y escuché el silbato del tren que pasa a quince cuadras de casa. Entonces pensé en esos laburantes que a esa hora ya están tomando el tren para ir a buscar laburo al centro. Eso me generó como un dolor que lo quise reflejar en una canción". Por el estudio pasan otras composiciones inéditas, como "Guitarra de carne y hueso" y canciones que marcaron el espíritu iniciático del grupo como "Recuerdo", de Osvaldo Pugliese; "Boedo", de Julio de Caro; "Trenzas", cantada por Eliana Sosa; y "María" con la voz de Maxi Agüero, el otro cantor de la típica.



"Los clásicos siempre estuvieron en nuestro repertorio ?examina el director, egresado de la Escuela de Música Popular Avellaneda?. Aprendimos con los clásicos y tenían que estar. Los elegimos porque nos gustaban. Entonces, pensamos qué tangos podían ir con nuestra identidad. Los clásicos siempre van a estar en nosotros pero haciéndolos con arreglos propios. Cuando empezamos no teníamos ese material y entonces empezamos con el arreglo. Después se hizo como una escuela en nosotros hacer los clásicos pero a nuestra manera".



-¿Y los tangos nuevos?



-Esa es nuestra verdadera carta de presentación. Nosotros hacemos una música propia y con arreglos bailables porque no somos vanguardistas. El proceso de composición es largo y tengo mi propia fórmula. Un poco la música me fue dando la razón y los músicos de la orquesta también me ayudaron. Hay cosas que las escucho después y me sorprendo. Principalmente con mis tangos. Me conmueven y me dan fuerza para decir: "Hago otro más".



La fila de fueyes se prepara para atacar las notas de otro tango inédito. "¿Qué es ese firulete que escribiste en el medio del arreglo?", bromean los bandoneonistas.



-"No sé, me quise hacer el raro", responde a pura carcajada Bartolomei.



Está terminando la grabación. Un cartelito en la puerta del estudio reza: "Aquí grabó Osvaldo Pugliese". Es una buena señal.

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