Una vez más, médicos de distintas entidades salieron a pedir que –como ya sucede en distintos lugares del mundo y en varias ciudades y una provincia argentina– se prohíba la venta de pirotecnia a particulares y se la sustituya por espectáculos dirigidos por especialistas autorizados. “Si no se puede manejar un auto alcoholizado, ¿cómo puede ser que personas que están tomando alcohol manejen pirotecnia?”, señaló una especialista de la Sociedad de Pediatría. En la provincia de Buenos Aires un proyecto de prohibición obtuvo media sanción en Diputados, pero su autora duda de su aprobación en Senadores ante “el fuerte lobby de las cámaras empresarias”. En la Legislatura porteña, un proyecto similar perdió estado parlamentario sin haber sido tratado. El intendente de Florencio Varela, donde rige la prohibición, contó que “esta Navidad no tuvimos un solo herido”, aunque también deploró “el lobby empresarial”. Esta Navidad se registraron un muerto y más de 170 heridos; anoche, varios niños se debatían en hospitales porteños: quemados, con un ojo perforado, con los dos ojos sangrantes.
“La pirotecnia es peligrosa, tanto la que se vende ilegalmente como la legal –advirtió Ingrid Waisman, presidenta de la Comisión de Prevención de Accidentes de la Sociedad Argentina de Pediatría–. En las fiestas, es común que adultos más o menos alcoholizados terminen causando daños graves y en la mayoría de los casos las víctimas son chicos. Distinto es el caso de los fuegos artificiales dirigidos por personal especializado, de modo que la gente pueda disfrutar del espectáculo sin correr riesgos.”
También Diana Salz, jefa de emergencias del Hospital Oftalmológico Santa Lucía, pidió la prohibición de la venta al público y su reemplazo por “espectáculos públicos en los que fuegos artificiales sean manejados por expertos”. Alberto Crescenti, director del SAME, pidió que “la pirotecnia esté sólo en manos de expertos”. El viernes 23, Juan Manzur, ministro de Salud de la Nación, había pedido “no empañar los festejos con el uso de pirotecnia, que siempre representa un peligro para la salud”.
Varias ciudades argentinas, y la provincia de Tierra del Fuego, tienen prohibida la comercialización de elementos pirotécnicos. Esa provincia lo estableció así en 1996. La ciudad de Bahía Blanca lo decidió desde 2000; en Puerto General San Martín, provincia de Santa Fe, se prohibió hace más de 20 años, en 1989. En San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, en 1992. En Río Tercero, Córdoba, en 1995.
En el mundo, Chile prohibió la pirotecnia en todo su territorio a partir de 2000. En Estados Unidos, la prohibición rige en nueve estados, incluido Nueva York. La Unión Europea estableció normas estrictas que contemplan que los Estados puedan prohibir la posesión y venta de estos productos.
La Cámara de Diputados bonaerense dio media sanción este mes a un proyecto de la legisladora Cecilia Moreau, por el cual se prohíben “la venta, el uso y manipulación de material pirotécnico”. Moreau contó a este diario que “acompañaron todos los bloques, pero después de la aprobación, que fue sorpresiva, las cámaras empresarias lanzaron un lobby muy fuerte; ojalá se apruebe en el Senado”. En la ciudad de Buenos Aires, la diputada Marta Varela presentó en 2010 un proyecto de ley en el mismo sentido, que ahora pierde estado parlamentario sin haber sido debatido.
Julio Pereyra es intendente de Florencio Varela, donde la venta de pirotecnia se prohíbe desde hace varios años: “Antes, cada Navidad, yo brindaba y me iba al hospital, donde siempre había gente lastimada, sobre todo chicos. Esta vez no tuvimos un solo herido”, contó. La intendencia también hizo una campaña de concientización mediante afiches que muestran los temibles efectos de la pirotecnia. “Ningún sector político ni vecinal cuestionó la medida, pero las cámaras empresarias hacen lobby tratando de desautorizarla”, señaló Pereyra.
Este año, y mientras se espera el saldo de Año Nuevo, hay que contar un 20 por ciento más de heridos que en 2010. En Santa Fe un joven, presumiblemente alcoholizado, murió al meterse un cohete en la boca. En la ciudad de Buenos Aires hubo 160 heridos: anoche permanecía en estado desesperante un chico de 8 años con quemaduras causadas por un artefacto que entró por la ventana de su casa; uno de 12 tenía “ambos párpados quemados y hemorragias en los dos ojos”, según el parte médico; una nena de 6, con perforación en el globo ocular, tenía pronóstico reservado.
Por Pedro Lipcovich Página 12
miércoles, 28 de diciembre de 2011
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