Este comentario quiero desarrollarlo como si fuera una nota de opinión con algunos contenidos de editorial. Tiene que ver con uno de los temas más ulcerantes para los sectores del poder.
En rigor de verdad, esta situación, no es de ahora sino que se viene dando desde el nacimiento de la función de informar y el derecho de estar informado. No ha existido ningún segmento histórico universal en el cual no se buscara acallar las voces de aquellos que, con firmeza y riesgo de su propia vida, alzaron la voz para denunciar hechos que atentaban contra la propia naturaleza de los individuos.
Todos y cada uno de los estados totalitarios buscaron dominar y direccionar la libertad de expresión. Lo más grave fue el coartar la libertad de pensamiento y negar la pluralidad de ideas.
Hoy, lunes 7 de Junio, se conmemora el Día del Periodista. Hoy cuando más que nunca, todos los trabajadores de prensa, tendrían que estar unidos formando un frente común que permita el libre ejercicio de la profesión, nos encontramos con pequeños, medianos y grandes grupos que lo único que pretenden es la obtención de beneficios personales en desmedro de cumplir con seriedad y éticamente con su labor.
Florencio Varela no puede ser ajena a esta política que supera los anhelos y esperanzas de contar con medios de comunicación dedicados a informar lo más objetivamente posible. Existen algunos pocos que no sucumbieron a las presiones de quienes manejan el poder. El derecho a las pautas publicitarias oficiales, es simplemente eso, un derecho garantizado por la Constitución Nacional y las Provinciales.
No obstante, algunos de los que forman parte del sector de prensa, apoyaron la política de destruir cualquier sociedad intermedia que tratara de agruparlos. Para ello, al mejor estilo de los quinta columnistas, fueron socavando las bases de las mismas.
Si bien todo es historia, tiempo pasado, no deberíamos perder la memoria y mucho menos dejar en el olvido a aquellos maestros "periodistas" que siempre buscaron la unidad y dignificación de la profesión.
No basta con una plaza y una palma en un lugar determinado. A quienes ya no están a nuestro lado, la única manera de honrarlos, es habiendo asimilado sus enseñanzas y ponerlas en práctica pese a quien le pese.
Hoy se están creando brigadas de estudiantes, en los niveles ESB y Secundaria Superior, con un discurso preparado y memorizado. Se utilizan a jóvenes de entre 13 y 18 años como defensores de una postura intransigente. Leyendo sobre el particular, me retrotraje a los "camisas pardas" del fascismo italiano, las juventudes hitlerianas de la Alemania nazi y las brigadas rojas juveniles de Venezuela, entre otras. La advertencia es tanto para padres como para docentes, que no sea demasiado tarde para darse cuenta.
Les resulta muy difícil a los argentinos realizar el ejercicio de la memoria. Vivimos tiempos oscuros y dolorosos durante la última dictadura militar. Miles de colegas desaparecidos. Algunos en épocas democráticas aumentaron los guarismos.
En este Día del Periodista sería muy interesantes recordar, más que festejar. Sin pretender ser la conciencia de cada uno, considero importante tener la suficiente grandeza como para realizar un mea culpa que nos llame a la reflexión.
Habrá adhesiones y críticas. Quizás las últimas superen a las primeras. No obstante sería muy hipócrita de mi parte si, con mi silencio, acepto sin observaciones, lo que está ocurriendo en los medios de comunicación.
A pesar de todo lo expuesto saludo con un gran abrazo a todos los trabajadores de prensa que cumplen con su obligación. A los otros recordarles que la vida tiene tantas vueltas que, en algún momento, les pasará alguna factura por lo que no hicieron.
¡FELIZ DÍA DEL PERIODISTA!
¿No le parece? Oscar Fernando Baró
lunes, 7 de junio de 2010
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