domingo, 28 de noviembre de 2010

SUPLEMENTO DE ARTE Y CULTURA VARELENSE

POESIA – CUENTOS – RELATOS – NOTAS – TODA LA ACTIVIDAD ARTISTICA Y CULTURAL DE LA SEMANA





LA NIÑA MADRE





Ella salía del barrio, habitualmente de madrugada, inconscientemente mira a los lados automatizada, buscándolo con la vista, deseándolo con la mente, necesitándolo con el cuerpo, queriéndolo con el alma.



Luce sus ajadas zapatillas blancas de poca marca, ojitos tristes de adolescencia, el rostro limpio, la mal peinada cara de niña, madre esforzada, ¿el cuerpo?: en la calle, la mente: en el lecho donde duerme el niño sin preocupaciones, bastante inquieto su sueño, eso sí, la lucidez de sus caprichos, piensa la madre, demuestran que también al igual que ella lo extraña ¡qué porquería! ¡idiota! pero qué idiota fue…



¿Será que ninguno de los dos, tanto madre como hijo supieron demostrarle cuánto lo aman? o será, tal vez, que un desvarío mental de él mismo, hiciera que no pensara; o quizá lo aspirado por las fosas nasales, lo enfermaran.



Lavar la ropa de la que manda, fregar los pisos, hacer mandados, no fueron el sueño o fantasía de su pequeñez; pero se aguanta,

sabe con alegría por la tarde cuando regresa a casa la espera una risita amplia, buscando en los bolsillos un caramelo que nunca falta.



Calienta agua para bañarlo, para mimarlo, para besarlo, para esconder en ese cuerpecito desnudo, con las cosquillas de su nariz, ese llanto oculto que se le escapa; es en ése instante, con la risa de su polluelo, que se siente en otro mundo, en un universo privado de los dos, madre e hijo, es en ése instante cuando se extraña; es en ése instante cuando piensa cuánto lo aman.







EDUARDO ALBERTO DURÉ





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VOLAR





Volé, como vuela un ave herida

por caminos medidos por mis ansias;

como vuela callado, raudamente,

el viento, sin siquiera tener alas.



Volé, como vuela con su brillo el sol

mostrando tan airoso su arrogancia;

volé, como sabe volar la brisa,

audaz, bajo la luz de las mañanas.



Volé, como vuela el pensamiento

dejando alguna estela tras su llama;

volé con devoción bajo las noches

que cobijan las penurias de mi alma.



Y será siempre mi destino alado,

buscar entre las sombras, la fragancia,

de mi sueño perdido en la tiniebla

oscura y funeral de la distancia.



JULIO JORGE FARAONI


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DESENCUENTRO












Nuestro amor es como un sueño



que se sueña alguna vez;



que no tiene nada bueno,



y nada malo, también.







Es un algo que alocado



camina sin tener pies;



y que vuela sin problemas



sin siquiera alas tener.







Es un algo sin sentido



y con sentido a la vez;



es un algo que se eleva



y no para de caer.







Es amor con una fuerza,



que es de cero, y es de diez;



es olvido y es recuerdo,



también furia y placidez.







Es un algo muy liviano,



y con mucha gravidez;



es quietud con mucha calma



que no para de correr.







Es la dicha que suprema



siempre te hace padecer;



es la lumbre que encendida



tiene poca lucidez.







Es encuentro y desencuentro;



es derecho y es revés;



es cordura y es locura,



todo junto y a la vez.







Es por eso que te quiero



y sin poderte querer...



¡tu cariño que me mata



también me hace renacer!











Julio Jorge Faraoni


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LA PLAZA





La mañana nace después de la noche fresca y oscura, las luces comienzan a apagarse; blancas nubes se mueven majestuosamente detrás de un cielo azul.



Miro las plantas humedecidas por el rocío de la noche… aquí y allá, pequeños pajarillos que picotean buscando su alimento.



De pronto ¡ya es el día! comienza la mañana; el movimiento de la gente… adolescentes con sus guardapolvos blancos y libros bajo el brazo caminan apresurados, por lo que supongo se dirigen a estudiar; mamá con niños, delantales de colores y cochecitos de bebé.



Pero ¿qué veo? ¡el sol está en todo su esplendor! Se puede apreciar la naturaleza: todo verde… todo blanco… los capullos florecen y la brisa se llena de un perfume inigualable. Por allí un perro ¡no! son dos o más y se dirigen hacia mi; solamente espero que se detengan ¡menos mal! siguieron su camino.



En el banco de mi lado derecho se sentaron tres señoras, traen su termo y todo para el mate de la mañana; más allá veo una pareja mayor… el hombre trae su diario para leer y la señora saca un bolsón con un tejido.

En verdad ¡un día precioso… para disfrutarlo!



Ustedes se preguntarán ¿quién cuenta todas estas cosas?



¡Soy yo! ¡la estatua de la plaza! la que se siente un poco cansada de estar con los brazos extendidos, y que solamente se fijen en mí ¡para escribirme!



A ver… creo que me equivoqué, aquí vienen unos jóvenes, pero ¿qué traen en sus manos? ¡un aerosol de pintura! ¡No, por favor ¡ ¡No me escriban más!



Bueno, si lo hacen, que sean leyendas constructivas, que salgan del corazón, que traigan paz al alma, palabras de esperanza, palabras de ternura, que alienten al triste y cansado…



Eso me hace sentir bien y seguiré con más fuerza por muchos años más…



La tarde cae sobre la plaza, los niños y adolescentes pasaron… los ancianos regresan al hogar…



Y yo quedo aquí, con mis brazos extendidos… esperando que vuelva otro amanecer…





JOSEFA DELIA GÓMEZ




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Sagrado Corazón de Jesús

Hoy desperté pensando en tu armonía de paz divina

En tu sendero de vida, en tu amor divino, eternos ríos,

de agua tranquila, de tus suspiros armoniosos,

de tu bondad tranquila, inquebrantable espera,

de tu sonrisa divina,

de tu amor de padre

de corazón tranquilo.

Hoy se abren las puertas de aquel cielo que tú mismo hiciste,

para aquel que te nombre entre tu corazón en tu osadía,

dichoso aquel que sueña y escucha tus palabras,

el que entiende tu camino.

El que ve lo divino, el que encuentra el camino,

que te lleva a ese destino, del que te dio la vida.

(anónimo)

Papá de alumno del Colegio Jesús Maria de Florencio Varela.



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Pancho Aquino

Escritor y poeta autodidacta, nació en Berisso, Buenos Aires, Argentina, el 14 de noviembre de 1939.

Realizó diversos trabajos a lo largo de su vida: peón en hornos de ladrillos, quintas y tambos, boyero, pocero, ayudante en circos, cadete, lustrabotas, canillita, chofer de colectivos y, durante los últimos 30 años se ha desempeñado en el rubro maderero, en desmonte, forestación y ventas.

Terminó sus estudios primarios en la Escuela N°1, de Florencio Varela. La situación de pobreza de su familia y el hecho de vivir en las afueras le impidieron continuar estudiando.

Ha colaborado con instituciones de bien público, deportivas, de fomento y culturales.

Es fundador, entre otras, de la Sociedad de Fomento Domingo F. Sarmiento de Florencio Varela, El Club de Pesca y Caza de Florencio Varela y la Asociación Cultural Kilmes, de Quilmes. Ejerció la presidencia del Club Nahuel y de la Sociedad de Fomento del barrio Altamira, ambos de Florencio Varela.

Publicó su primer libro en 1992, a los 53 años, contando al presente con 29 libros editados.

La Intendencia Municipal de Florencio Varela obsequia libros de este autor a los alumnos del distrito, durante 1996, 1997, 1998, 1999 y 2000.

El Rotary Club International de Berazategui y Ranelagh premia a los alumnos destacados del distrito con libros de este autor, durante 1994, 1995, 1996.

Durante el año lectivo concurre a escuelas e instituciones de todo el país, dando charlas a los alumnos y presentando sus obras en Ferias del Libro y otros eventos culturales.

Colabora con Editorial EDIBA, de Bahía Blanca, para sus publicaciones: "Maestra de Primer ciclo", "Maestra de Segundo Ciclo", "The Teacher's Magazine" (Revistas para docentes) y "Vamos Juntos 3" y "Seguimos Juntos 4, 5 y 6" (libros de estudio y actividades para Educación General Básica).

Colabora con revistas educativas de Chile, México. Venezuela y Pení.

Es integrante del grupo literario "Tarumá" de la Secretaría de Cultura de Florencio Varela.

Entre 1998 y 2001 coordinó un "Café Literario" en las ciudades de Quilmes, Florencio Varela y Berazategui.

Los dibujos originales de los poemas y cuentos ilustrados han sido presentados en exposiciones, ferias e institutos de enseñanza.

Ha presentado sus obras en Ferias y Encuentros Culturales, entre los que se destacan:

Feria Internacional del Libro del Autor al Lector de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Desde 1996 al presente.

ll Expo Feria de Libros y Carreras de Urdinarrain, Entre Ríos, Argentina.

Feria del Libro Infantil y Juvenil, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Desde 1998 al presente.

2" y 3a Feria del Libro y la Cultura del Mercosur, Paso de los Libres, Corrientes, Argentina.

38°- y 39á Festival Nacional del Folklore Cosquín, Córdoba, Argentina.

24á Feria Internacional del Libro de Uruguayana, Brasil.

• 44á Feria del Libro de Porto Alegre, Brasil.

• 3á Feria del Libro de Bahía Blanca 1999, Buenos Aires, Argentina.

• 3á, 4á, 5a y 6á Feria del Libro del Oeste, Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina.

• 91ª Convención Mundial de Rotary Internacional - Argentina 2002, Ciudad de Buenos Aires.

• 14°, 15á, 16á y 17á Feria del Libro de Caleta Olivia, Santa Cruz, Argentina.

• Primer encuentro de escritores latinoamerìcanos de José C. Paz, Buenos Aires, Argentina.

• Feria del Libro. Ciudad de Pilar, Santa Fe, Argentina.

• Casa Paraguaya, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

• 9á Feria del Libro de Río Grande, Tierra del Fuego, Argentina.

• Evento Cultural en Choele Choel, Río Negro, Argentina.

• Evento Cultural en Santa Rosa, La Pampa, Argentina.

• Evento Cultura) en Carhué, Buenos Aires, Argentina.

• Evento Cultural en Las Flores, Buenos Aires, Argentina.

Actividad literaria

1985 Obtiene Plaqueta y diploma de Honor en el Concurso Internacional de la Fundación Givré, por el cuento: "Por ese amor perdido".

1992 Publica su primer libro "Añoro". 1993 Aparece "Añoro" 2á edición.

1994 Publica "¡Cómo quisiera...!" y "Añoro" 3a edición. 1995 Publica "Vivencias".

1996 Publica "Simplezas".

1997 Publica "La vida en pocas palabras" e inicia su colección de Libros de bolsillo.

1998 Aparece la 2á edición de "La vida en pocas palabras".

Edita una colección de tarjetas y amplía la colección de

libros de bolsillo.

Como editor (Ediciones Pancho Aquino) publica una nueva edición del cuento El Ombú, de Guillermo Enrique Hudson (Argentino-1841-1922), ilustrado por

el maestro Ludovico Pérez.

Participa como invitado en la 1ª Antología Poética de Villa Allende, Córdoba, Argentina.

1999 Publica "Sentimientos"

Participa en la 2á Antología Poética de Villa Allende, Córdoba, Argentina.

Publica "Palabras-Words-Palavras-Parole", antología de frases en español, inglés, portugués e italiano.

2000 Publica "Descalza"

Publica la 2° edición de "Palabras-Words-PalavrasParole" (Edición especial Rotary International)

Publica la 2á edición de "De la vida" Publica "Pequeñeces"

Publica "Cuentos para niños de 8 a 108"

2001 Publica la 2~ edición de "Cuentos para niños de 8 a 108"

Publica la 2a edición de los libros de bolsillo: "Del amor"

"Románticos" "Caminemos" "Pensamientos'' "Pequeñeces" Publica "En la huella"

Publica "Cuentos para niños de 8 a 108 II"

2002 Publica "Filetfraseando", antología de frases

enmarcadas con filetes, ilustrado por el maestro fileteador Alberto Pereira.

Publica la 2á edición de los libros de bolsillo:

"Descalza° "Navegando por la vida"

Publica la 2á edición de "Sentimientos"

2003 Publica la 3á edición de "Palabras-Words-Palavras

Parole-Paroles", con el agregado de la traducción al francés.

Publica los libros de bolsillo: "De amigo a amigo" "Madre, mami, mamá"

Publica la 3á edición de "Cuentos para niños de 8 a 108 I° Publica la 2á edición de "Cuentos para niños de 8 a 108 II"

Distinciones

1985 Plaqueta y Diploma de Honor en el Concurso Internacional de la Fundación Givré.

1991 Primer Premio en el Concurso de Poemas Ilustrados, organizado por el Centro de Intelectuales d e la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Quilmes.

1994 Kilme de Honor. Mención Especial, otorgado por la 1995 Municipalidad de Quilmes.

1995 Distinción Labor Literaria - Rotary Club International, distrito 4910.

Emblema Municipal por Labor Literaria, otorgado por la Municipalidad de Florencio Varela.

1996 Premio Suenas Ondas, Quilmes.

1998 Premio Sol de Oro, otorgado por Multimedios El Sol , Quilmes.

1999 Premio Miguel de Cervantes Saavedra

Asociación Española de Socorros Mutuos de Quilmes, en el año de su Centenario.

2000 Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores-SADE-, a la producción literaria 1999, por el libro "Palabras- Words -Palavras- Parole"

2001 • Es distinguido como "Visitante Ilustre" de la ciudad de Berisso, Buenos Aires, Argentina.

• Reconocimiento a la trayectoria, Rotary Club de Berisso, Buenos Aires, Argentina.

• Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores-SADE-, a la producción literaria 2000, por el libro "Cuentos para niños de 8 a 108''.

• Distinción Grupo literario Isabel Pachamay.

• Mención Dr. Adolfo Grinstein, otorgada por el Instituto Nacional contra la discriminación.

2002 Colegio San Justino de Berazategui: se distingue con el nombre de Pancho Aquino una de las aulas del colegio.

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Un peso de ¡Ay! - Cuento de humor



Escritora: Camila Espíndola 4ºD de la EP 23



Había un patrón muy malo, que tenía un empleado y

se burlaba de él, porque no era muy inteligente. Un día

lo mandó a comprar al supermercado, $1 de manzanas y

$1 de ¡Ay!.

El empleado compró las manzanas y cada vez que él

pedía $1 de ¡Ay! La gente se reía de él. Con mucha

tristeza se dio cuenta que su patrón se estaba burlando

de él. Así que fue y juntó espinas en el camino. Abrió la

bolsa y las puso todas acomodadas arriba de las

manzanas.

Llegó al negocio y el patrón le dijo: ¿Me trajiste lo que

te pedí? Y él le contestó: Si señor. Le dio la bolsa y cuando

el patrón metió la mano dijo: ¡Ay! El empleado contestó:

Y abajo, están las manzanas


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DE LOS TERRIBLES INOCENTES

Eliseo Diego © - Escritor cubano





Vivía en una buhardilla y era diariamente feliz. La buhardilla tenía una ventana de vidrios gruesos, como el ojo sabio e irónico de un anciano que, a la vuelta de tanto amable zapato viejo, se hubiese aficionado al agridulce zumo de sus años. Sentado a su ventana -"soy, decía, la pupila de la casa"- miraba la extensión rojo-desierta de la azotea y, más abajo, las chimeneas de las otras casas, negras, frágiles, con sus importantes caperuzas, que acostumbraban echar con él una pipa de cuando en cuando. Tranquilos, sosegados, expelían todos a un tiempo el humo gris, y entonces era un gusto ver, arropado al fin en el humo, el aire.

Pero, ¿quién que vive en una buhardilla no es poeta? Había allí cosas, no la mesa, sino el modo de pesar la mesa con sus desvencijadas patas sobre el suelo, rozando al mismo tiempo el barro de la pared y ardiendo con luz propia en infinitas calidades de lumbre según que la encarnase una u otra hora, relaciones, cosas, en fin, que pedían con verdadera urgencia que se les inventase un nombre. ¡Ah, y qué tensa y regocijada quietud hubo el día en que apareció la primera hoja en blanco y el nuevo poeta hundió por primera vez la pluma en el tintero! Un candelabro roto sobre el lavabo pareció que se empinase y no bastaba la brisa a justificar la inquietud del sillón viejo. Hasta la ventana pareció que mirase hacia adentro con extraña esperanza.

Tiernamente le escuchaban los nombres que iba descubriéndoles, procuraban ayudarle, no permitiendo que tropezase con sus esquinas agrias, acallando como podían esos roncos quejidos que a las madrugadas, cuando agoniza la luna, el frío les arranca. Hasta una tarde en que paseaba la azotea y se acercó demasiado al borde, el muro bajo se las compuso para adivinarle el traspiés último y contenerlo a tiempo.

Pero pronto se acostumbraron a oírlo y ya se impacientaban cuando dejaba su trabajo. Cierto mediodía en que quiso salir por fresco a la azotea, se atoró y por poco se ahoga entre el humo que una de las chimeneas le sopló poderosamente en la cara.

Hubo una noche en que la hoja permaneció obstinadamente blanca. Al día siguiente fue igual, y al otro igual. Ya el continuado esfuerzo de antes lo traía flaco y débil, y al tercer día, luego de un desesperado argüir, le dio un mareo y cayó desgarrándose la frente con el filo de la mesa. Durmió mal, golpeadas las sienes de rabiosos crujidos, de pesados frotes entre la sombra. A la madrugada se despertó temblando. Tenía la sensación de que alguien lo miraba. Al centro de los cristales empolvados y ahora negros de la ventana aparecía la amarilla pupila con un helado resplandor fijo.

Como un último recurso habló de sí mismo durante siete días. Pareció que lo escuchaban con interés al principio, luego distraídamente. Al séptimo le interrumpió un ruido fuerte. La ventana se había abierto de un golpe. La casa toda bostezaba.

Resignadamente comprendió que había llegado al fin de sí, dejó la pluma inútil y salió a la azotea. El chirrido funéreo de sus zapatos le advirtió demasiado tarde. Se habían aburrido de él y se despeñaba a la calle.



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LA MUJER DE ANTONIO



Livia Palmeiro © - Escritora cubana





La mujer de Antonio camina así, cuando va a la plaza camina así...



No vengo a hablarles de la mujer de la canción, sino e la mujer de Antonio, el de mi barrio. ¿Que si era bonita?... Figúrate, fue reina de belleza cuando las elecciones de la reina del carnaval. Después se casó con Antonio, que trabajaba en la Compañía de Electricidad, encarama’o en los postes tirando líneas, claro, muy peligroso, como que le costó la vida.



Yo recuerdo a la mujer, la mujer de Antonio con su niñito en brazos, sin luto porque se vistió de blanco de arriba abajo.



Los días que siguieron fueron terribles. No sé cuántos «buitres» casados del pueblo dándole vueltas para ver quién se acostaba con la mujer de Antonio. Pero ni la miseria pudo con esa mujer; salió a la calle y sin ninguna duda se colocó de criada. La vi hacer los trabajos más duros con la misma mirada de siempre, altiva como la reina que fue.

Lo que más me impresionaba de la mujer de Antonio era, como decían los vagos del barrio, que nunca se le quitó la jodida costumbre de trabajar..., trabajar..., trabajar, incluso ancianita hacía mandados, cuidaba enfermos.

Una vez desde el bar, mientras la mujer de Antonio pasaba, alguien le gritó:

– Ahí va la mujer de Antonio. Oye, vieja, pudiste haber explotado lo buena que estabas, entonces sí hubieras sido una reina.

No pude argumentarme, la defendí con tal vehemencia que terminé en la Estación de Policía después de haberle roto la cabeza al estúpido que la ofendió.

Claro, quedé presa, me acusaron de lo que todo el barrio sabía y me permitían ejercer: prostitución.

Estuve tres meses alejada de todo. Cando salí había perdido mi trabajo en el bar, pero para mí era fácil conseguir otro. Comencé en el prostíbulo. Sí, era de las que me paraba por las ventanas incitando a los hombres a amarme. Bueno, estoy exagerando, no era a amarme precisamente. Una noche la vi; yo, en la ventana. La mujer de Antonio pasó, me miró y por primera vez sentí vergüenza. Intenté cubrirme, pero fue imposible, estaba casi desnuda. Entonces me llevé las manos a los senos y ella sonrió. Se me acercó y yo pensé en lo valiente que era porque pocas mujeres como ella harían eso.

No dejó de sonreírme y yo no me atreví siquiera a abrir la boca. La vi viejita y la vi bella. Cuando me pasó la mano por la cabeza, un sollozo se me atravesó en la garganta y por mucho que aguanté, mis ojos se empañaron. Creo que se dio cuenta. Iba a decir algo y, en ese momento, aquella hija de puta matrona me gritó mis obligaciones.

–Oye, estás en un prostíbulo, espanta esa vieja de aquí, que no se te van a pegar ni las moscas.

Se fue enseguida, sin decir nada, no hizo falta. Aquella noche salí a la calle, no me importaron los gritos y amenazas de la matrona, tenía que caminar. No exagero si digo, aún después de tantos años, que la mujer de Antonio cambió mi vida.

Claro que no dejé mi trabajo; pero algo se rompió aquí, dentro de mi cuerpo. Admiré tanto a esa mujer que ahora que regreso otra vez al barrio, siento el mismo sollozo en la garganta que aquella noche cuando la pureza posó su mano en mí.

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1 comentario:

  1. Muchas gracias, Luis Alberto, por esta vidriera de trabajos de artistas varelenses, que domingo a domingo viene mostrando el talento oculto que tienen muchos conciudadanos.
    Un abrazo cordial... Julio.-

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