viernes, 20 de junio de 2014

Pereyra cedió ante el reclamo de tierras pero mantiene el sistema de Salud paralizado


El Municipio de Florencio Varela cedió.

















Al intendente de Florencio Varela no le quedó otra salida. Luego de criticar la toma de tierras, por el reclamo constante para que el Municipio se haga cargo de las familias, la gestión de Julio Pereyra cedió ante los reclamos que tenían un solo objetivo: el acceso a la vivienda.

La tirante relación de las partes demostró que en el sur del conurbano bonaerense las negociaciones no son sencillas. Los índices marcan que la usurpación es alta y en los últimos años se registraron más de una veintena de asentamientos. A pesar de eso, el acuerdo llegó.


Con el llamado, los referentes del Centro de Participación Popular Monseñor Angelelli lograron una serie de reivindicaciones que demuestran cómo el caudillo justicialista quedó expuesto por no darle entidad al reclamo.

En 30 días, según comunicaron, estarán los predios disponibles para la reubicación unas 350 familias de los barrios Agustín Ramírez, Los Pilares, la Cava San Nicolás y aquellos que estaban a la vera de las vías del tren general Roca.

El segundo de los pactos es el compromiso del Estado local para terminar de censar a los desalojados del puente de Bosques, Villa Argentina y el Barrio Sarmiento. Todo indica que finalizará el 27 de junio, y en caso que los beneficiados no cumplan ciertos requisitos legales, el Municipio se comprometió a asistirlos con lotes sociales a cada uno. En agosto,también, se entregará la totalidad de los materiales faltantes de autoconstrucción a otro grupo pendiente de 63 familias.

Pero uno de los mayores logros se exhibe en el cuarto punto que fue el cronograma de acceso a los asentamientos en 15 barrios: trazado de calles, iluminación, agua potable y energía eléctrica serán las nuevas obras que se realizarán gracias al trabajo de todos los referentes sociales que representaron a los habitantes de cada región.

Disputa en la Justicia

Las organizaciones sociales y la Comisión Nacional de Tierras estamparon la firma de lo que representa un logro para los espacios que se transformaron en un escollo para el titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM), que a través de un comunicado intentó minimizar el pacto.

Las formas para eso fueron claras al explicar la intención de priorizar “tareas para atender las situaciones más críticas para las personas de asentamientos donde se generan riesgos para la salud y en sectores donde es imposible generar un barrio”.

La judicialización que promovió el Jefe Comunal, con apoyo de los bloques opositores, manifestó la predisposición inicial del poder político que no le quedó otra salida por el notable nivel de convocatoria y organización de los vecinos.

“Que Pereyra haya tenido que ceder ante los acuerdos, con la misma organización que quería judicializar, no es menor”, le dijo a Letra P el dirigente y abogado, José Luis Callegari, quien hace 9 días –en pleno conflicto– explicaba las causas de la protesta que llevó más de dos semanas de acampe en las puertas del Edificio Municipal.

La legitimidad, expuesta por la nutrida movilización que congregó a unas 2 mil personas, muestra la llegada que tiene el Centro Angelelli en los valerenses, que son fieles testigos de los problemas en el sistema de Salud local.

Sistema paralizado

A pesar de eludir un gran problema haciéndose cargo de la situación de varias familias, el Municipio tiene un añeja disputa con los profesionales de la Salud que trabajan en el distrito.

“Nos quieren imponer un aumento que no fue discutido por nosotros, fue cerrado por el gremio municipal y, desde la Cicop, planteamos que el sector necesita tener equiparado con la del Hospital provincial”, le aseguró a Letra P el vicepresidente de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud, Fernando Corsiglia.

Ese conflicto, que marcó casi un quiebre en la relación del gremio con los funcionarios de Pereyra, abrió otro foco por “el traslado de personal” y la denuncia de “cacería de brujas” que complica la situación.

“Teníamos diálogo, y había acuerdo, pero los que están a cargo de la negociaciones han sido inflexibles a nuestros planteos”, contó el dirigente sindical. “Hemos tratado de tener todos los puentes posibles. No podemos creer que en tantas semanas insistan en mantener la postura hermética”.

A pesar de cerrar con un sector que exponía las debilidades de la política barrial, Julio Pereyra debe resolver otro que se acrecienta mientras los movimientos sociales en el partido toman cada día más protagonismo.

Por Ariel Boffelli.
letrap.com.ar

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