Encontró en su pareja, Rubén, el compañero de aventuras que
necesitaba para fundar una asociación que integra socialmente a las personas
con discapacidad; además apadrina al comedor San José del Pato de Berazategui
"Tengo tres hijos biológicos, pero más de cuarenta me
dicen mamá." Así resume en una frase Érica Alejandra Girado, lo que su
proyecto social genera en Florencio Varela.
Hija única de padres separados, Érica se crió junto a sus
abuelos, que aún siguen con vida, en la zona sur de Buenos Aires. "Mi mamá
falleció hace 20 años de cáncer y mi papá siempre estuvo ausente. La imagen
paterna que tuve de chica fue la de mi padrino, el her-mano de mi mamá, que era
bombero voluntario de Bernal y para mí era un héroe."
A los 18 tuvo con su primer matrimonio a Micaela, y 5 años
después llegó Matías, su segundo hijo. "Me casé y formé mi familia de muy
jovencita, con sólo 23 años tenía dos hijos hermosos. Igualmente eso no me
impidió estudiar, con Mica en mis brazos me recibí de profesora para la
educación preescolar en Quilmes.
"Tras haber pasado por varios trabajos y recibirse de
técnica extraccionista en la Universidad de Quilmes, se divorció de su marido y
conoció a Rubén, el padre de Melián, su tercer hijo, y quien la acompaña
fielmente en los proyectos sociales que ella emprende. "Después de
divorciarme trabajé en muchos lados para mantener a mi familia, desde co-legios
hasta servicios fúnebres, y ahí fue cuando conocí a mi compañero de locu-ras:
Rubén. En 2011 empezamos a estudiar juntos en la Universidad Arturo Jauretche
(UNAJ), nos recibimos de Técnicos Universitarios en Gestión Ambiental",
explica Érica, que continúa con sus estudios para tener la licenciatura y
trabaja junto a su marido en la Municipalidad de Florencio Varela.
Aquellas ganas de realizar un proyecto social que compartían
Érica y Rubén se vieron saciadas cuando en diciembre del pri-mer año de
universidad pudieron presentar su proyecto social en un concurso financia-do
por Nación. "Yo siempre fui promotora de proyectos e ideas, pero fue Rubén
el que trajo un folleto para presentarnos. La idea que surgió después de varios
días fue la de crear la primera plaza integradora en Florencio Varela."
La fuerza de la Universidad
Tras convocar a todos los alumnos de la UNAJ para que junten
firmas y ayuden con el proyecto, el mismo fue terminado y postulado en apenas
15 días. "Fue rapidísimo, todos los alumnos aportaron su granito de arena,
y gracias a ello presentamos el que fue el primer proyecto universitario de la
UNAJ. Lamentablemente no ganamos el concurso, pero la idea llegó al intendente
Julio Pereyra, que cautivado con la misma idea nos instó a que armáramos una
asociación civil para empezar a realizarla. Así nació la asociación Promotores
de Asistencia Integradora Solidaria (PAIS)", asociación civil que Érica preside.
Aquella idea de reestructurar y reequipar la plaza La
Esmeralda, encontró la fuerza de trabajo en los jóvenes estudiantes
universitarios, que preocupados por la comunidad varelense se sumaron al
proyecto. "Después de diseñar la plaza y empezar con los trá-mites, sólo
siguieron con el proyecto PAIS nueve personas del grupo inicial, que hoy forman
parte de la comisión directiva. Por suerte muchos de los estudiantes de la
Universidad se interesaron por lo que hacíamos y se sumaron a ayudar", afirmó
Girado.
El primer trabajo integrador que concretó la asociación en
la plaza La Esmeralda no tardó en llegar; poco tiempo después de terminar la
reestructuración de la plaza crearon Corazones Varelenses, una murga de
personas con discapacidad. "La murga se presentó en los carnavales de 2013
en Solano, Quilmes y en el Corsódromo de Florencio Varela. Pero como no
contamos con ningún subsidio, y la plata salía de las humildes donaciones que
conseguíamos, sólo pudimos armarla con 30 personas de las más de 130 que se
presentaron.
"La realidad de la murga era muy dura, no tenían ni
emblema propio ni instrumentos. Pero ni Érica ni su marido se iban a dar por
vencidos, y aquella murga sería el primero de varios proyectos sociales que
ayudarían al barrio de Florencio Varela y a otras zonas del conurbano.
"Después de la murga nos movimos para conseguir apoyo alimentario para los
centros que ayudan a las familias que tienen extrema vulnerabilidad social;
juntamos ropa y zapatillas para los nenes del barrio, y para el Día del Niño
recolecta-mos golosinas y juguetes para los más chi-cos. También pudimos
conseguir 25 sillas y pupitres para un centro de capacitación de adultos, y
promovemos la creación de microemprendimientos productivos, entre otras
acciones sociales", sintetiza Érica.
Comedor San José
A fines de 2013, la asociación PAIS conoce gracias a la
nieta de un abuelo al que ayuda-ban, al comedor San José del Pato de
Bera-zategui, y deciden sumarse en la difícil tarea de alimentar a más de 130
chicos, abuelos y mujeres embarazadas. "Al comedor fuimos con la murga y
unos voluntarios como reyes magos. La alegría que nos daban las sonrisas de
aquellos chicos se veía opacada por la precariedad del comedor y por ver a su
responsable, Graciela Aquino, entregando hasta sus últimas fuerzas para que
aquel lugar funcionara. Así fue que nos movilizamos para buscar todos los
materiales que se necesitaban para cubrir las necesidades básicas del
comedor", contó Érica, quien junto a su marido y a causa de ese gesto
fueron declarados padrinos del lugar."
Es emocionante compartir una tarde con los chicos del
comedor. Cuando ves que esos pibes que no tienen nada te dan tanto amor se te
llena el alma -explica emocionada Érica-. La primera vez que fuimos con los
chicos de la asociación lloramos mu-chísimo de la emoción. Es lindo que con tan
poco se pueda lograr tanto. Todos nos esforzamos para que el día de mañana el
comedor sea un gran lugar donde no sólo coman, sino que también jueguen,
estudien y, lo más importante, puedan crecer pensando en un futuro mejor.
"Érica cuenta que son muchas las personas que además de
la gente de PAIS se acercan día a día a colaborar con el comedor San José del
Pato, en especial una persona que no se quiere dar a conocer y que todos llaman
Má. "Es mucha la gente que aporta su granito de arena para que el comedor
funcione, pero es una lástima que los que más tienen, mu-chas veces den vuelta
la cara y no les importe asistir a estos chicos. Si tan sólo supieran el amor
que se pueden llevar a sus casas, con tan sólo dra un chupetín, y lo mucho que
se disfruta de esa sensación..."
Y es que PAIS se mantiene con los sueldos de sus integrantes
y una cuota social de solamente 3 pesos. Un valor más bien simbólico, ya que ni
siquiera cubre los gas-tos administrativos que tiene la asociación. "No
tenemos techo ni mobiliario ni computadoras, así que humildemente nos
trans-portamos como podemos a los diferentes sitios y trabajamos desde nuestras
casas; todo lo que ingresa es para ayudar a los chicos", agrega la
creadora de la asociación.
Fue buscando cómo ayudar al comedor que Érica conoció a
Nobleza Obliga, una fundación de financiamiento colectivo que se comprometió a
colaborar con la causa. "Cuando encontramos a Nobleza Obliga sentimos
esperanza, porque se mostraron interesados en el proyecto y querían
ayudarnos", dice Érica.
Pese a la promesa de ayuda de la fundación Nobleza Obliga,
la gente PAIS continúa buscando formas para recaudar dinero para el comedor.
"Organizamos otra murga, con la cual recaudamos alimentos; conseguimos que
Desarrollo Social de la Nación, a través de políticas alimentarias, comenzara a
donar alimentos al comedor desde marzo, algo que prometieron hacer cada 45
días. Y también se le envió una carta a Daniel Scioli para pedirle que done
materiales y ayude al comedor", afirmó Girado.
Todo el esfuerzo se ve reflejado en el crecimiento que día a
día muestra el comedor. La historia de Érica y Rubén nos muestra que con una
pequeña idea y muy poco es-fuerzo se pueden lograr grandes cambios y ayudar a
muchas personas. "Uno siembra lo que cosecha, nosotros venimos al mundo y
nos vamos sin nada material. No hay que perder la esperanza en que si se lucha
todo es posible, y mucho más si el combustible que empuja el motor es el
amor."Como dijo el escritor galés Andrew Matthews: "El universo es
justo. Si brindás amor y abnegación, cosecharás buenas co-sas, aunque no
necesariamente cuando las esperás o de donde las esperás". Para cosechar,
primero hay que sembrar..
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