OTORGARON LICENCIA A JULIO PEREYRA

En una sesión de la que nada se informó al periodismo zonal, el HCD local se reunió en su sede de Calchaquí y Sargento Cabral, en El Cruce Varela, el pasado lunes por la mañana –nunca se hacen este tipo de reuniones esos días- y de manera casi urgente trató el nuevo pedido de licencia al intendente municipal Julio Pereyra, la reasunción y posterior interinato del Arq. Tomás Vanrrell, que reemplaza a Pereyra en este breve lapso




Al jefe comunal en el Concejo se le aprobó una licencia desde el 15 hasta el 27 de este mes inclusive, con motivo de vacaciones y su participación en diversas reuniones en el exterior del país, vinculadas al boreal ejecutivo de la FLACMA, en Santo Domingo, República Dominicana, otro encuentro en Punta Cana y un par de encuentros más.

Sin embargo, pese a que nada hacía avizorar una sesión «caliente», las aguas se enturbiaron en el HCD. Es que a los ediles de la oposición no se les había notificado ni avisado en tiempo y forma de esa reunión y el temario a tratar. Hubo algunos ediles que pusieron el grito en el cielo por esa causa, cuestionando la metodología empleada. Se adujo un «error» en ese trámite –alguien encomendado para eso «se olvidó» de avisar- y ello originó rispideces. El presidente Salatino trató de acordar con varios concejales opositores, lo que había logrado, pero tras un cuarto intermedio la edil Laura Ravagni se opuso a ese «acuerdo», desautorizando la palabra de Salatino y ello originó gran tensión. Nadie entendía nada. Algo raro se husmeaba en el ámbito del recinto del HCD, donde sobrevolaba algún espinoso tema en torno a la justicia que preocupa a muchos ediles Hasta que el edil Ottonello planteó y argumentó que si se votaba lo que reclamaba Ravagni, la licencia del intendente no iba a ser válida. Hubo cabildeos, un elíptico «reto» visual de Salatino a la titular del bloque del FPV-PJ y finalmente se aprobó lo acordado entre el titular del HCD y los presidentes de bloques para darle antes, y no después, la licencia solicitada por Pereyra. Así, la calma retornó al recinto.

La Colmena en Red