En este marco, los vecinos varelenses se acercan a los centros de los barrios Villa Argentina y El Rocío, a los talleres culturales, en idiomas y computación que allí se brindan, siendo estos últimos los más concurridos.
Cabe destacar que para llevar adelante dicha capacitación en informática, se ofrecen diferentes turnos teórico-prácticos según las distintas franjas horarias, donde cada alumno dispone de una computadora.
Participan del curso, niños desde los 10 años y adultos hasta los 65 que aprenden las nociones básicas de software y hardware, manejo de los dispositivos y el sistema operativo Windows, así como también el uso de procesadores de textos, planilla de cálculos y Power Point, entre otros.
“Es gratificante dar clases acá porque uno trata con personas que si no estuviera el CIC, quizás no tendrían la oportunidad de aprender computación gratis”, expresó Germán Satto, profesor de informática del CIC Villa Argentina.
Asimismo, el docente resaltó la gran demanda respecto a los conocimientos básicos en la materia con la que llegaron algunos de los jóvenes que adquirieron su primera computadora gracias al programa “Conectar Igualdad”. “Es por eso que muchos de ellos vienen, preguntan y quieren aprender más”, indicó.
En tanto, explicó que son diferentes las inquietudes de los vecinos a la hora de aprender. Los más grandes desean tener un conocimiento adecuado a sus necesidades con vistas a un futuro desempeño en el mercado laboral, mientras que los niños disfrutan cada paso de aprendizaje indagando a través de juegos y programas interactivos los distintos dispositivos de la computadora.
Otra modalidad implementada a la hora de aprender por parte de los más chicos, consiste en utilizar el Word transcribiendo en él sus tareas, extractos de sus libros y manuales de escolares. “De esta manera incluimos la formación educativa tradicional con la formación no tradicional que es la computación”, concluyó el profesor.
Para los grandes
Amas de casa, padres de familia y abuelos se suman a las clases desafiando el paso del tiempo y reafirmando que al igual que los jóvenes, todavía tienen mucho por aprender. “Mi hija me dijo que venga, que tengo que saber computación. Quiere que sea una madre moderna”, expresó contenta Rosa Baukloh, vecina del barrio Don José.
Por su parte, el docente resaltó el avance de los adultos a la hora de aprender. “Al principio muchos no querían decir su verdadera edad ya que pensaban que no podían incluirse a la clase por ser ‘muy grandes’. Ahora se los ve contentos con todo lo que aprendieron en poco tiempo”, contó .
Diario Popular
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