sábado, 8 de octubre de 2011

DISTRIBUIDOR VIAL DEL CRUCE: PELIGRO DE DERRUMBE



Una obra que pese al tiempo transcurrido es algo emblemático para la región es el Distribuidor Vial situado en el Cruce Varela, que mediante sus puentes une las jurisdicciones de Florencio Varela y Berazategui. Pero no todo está como antaño y el inminente peligro de derrumbe de uno de sus puentes puede desencadenar una tragedia que haya que lamentar.




Ese nudo estratégico de intercomunicación vial, neurálgico para todos, está más que descuidado tanto en la intercomunicación vehicular como peatonal.

UN POCO DE HISTORIA

Debe recordarse que el distribuidor del Cruce, o «los puentes» como se lo conoce surgió a raíz de los pedidos de las entidades intermedias para contar años atrás con un acceso mejor organizado al que existía hasta entonces y procurando lograr una mayor fluidez de tránsito hacia o desde Varela hasta Berazategui, Quilmes o La Plata. Así, el gobierno provincial allá por fines de la década de 1960 se hizo eco de la iniciativa. Fue Vialidad Nacional la que elaboró el proyecto, bajo la denominación «Remodelación del Cruce Rutas Nacionales 1-2 en Florencio Varela», obras que llevó adelante la empresa Sánchez Granel.

Así surgieron las diversas colectoras los distintos puentes sobre nivel que se erigen en la zona del Cruce y que desembocan en la avenida 7, el Camino General Belgrano, la arteria paralela a Calchaquí y otras calles de la zona. Para aquella época, se trataba de un diseño de avanzada, que por años prestó un servicio eficaz en la tarea de distribuir el tránsito vehicular, eliminando «los nudos» y las complicaciones a los conductores de rodados que se producían antaño en el tráfico automotor entre Varela y Berazategui.

LATRISTE Y PELIGROSA REALIDAD

Hoy, la realidad del sector parece ser otra. Es que uno de los puentes que une territorio varelense con el berazateguense corre serio peligro de ver derrumbarse parte de su estructura. Recorrer el lugar y tomar imágenes del sector dan escalofríos y gran temor. La escalera de acceso, presuntamente «cerrada con cintas» plásticas advierte del peligro, que nadie acata, pese a su evidente deterioro. En su parte superior, el hormigón está quebrado, roto o resquebrajado en diversas partes. Al parecer, cuando se colocaron o restituyeron rejas de contención, o barandas, en la vereda peatonal, el cemento se destruyó y nadie reparó esa evidente anomalía que un peligro para cualquier persona incauta o distraída. En la escalera no hay cartel alguno que advierta del latente peligro.

ROTURA EVIDENTE

Pero hay cosas más graves en el lugar por lo que se comprobó. El pasadizo peatonal lindero a la vía de circulación vehicular presenta varias rajaduras y en un sector clave una gruesa «abertura» de casi 10 centímetros, donde falta por lo menos un gran pedazo de hormigón. En otros sectores el cemento con el, hierro «fue comido» y hay barandas que están «atadas» con cintas de plástico.

Pero lo más serio se comprueba en la calzada que daría, por así decirlo, justo «arriba» de Av. Calchaquí-ruta 36. donde hay, «apoyada» en una columna, una gran abertura que, paradójicamente, cada vez se abre más de un lado al otro del puente comunicador inter jurisdiccional. Esa «abertura» que se ve allí, cada vez se separa más. El peligro que ello encierra es evidente. Con el constante transitar de vehículos pesados, de gran porte o los mismos colectivos, más las vibraciones que ello acarrea, no se descarta que en cualquier momento allí haya que lamentar un serio accidente o una tragedia.

Urge que las autoridades responsables del mantenimiento de ese distribuidor adopten, en forma inmediata, las medidas del caso para evitar posibles accidentes o víctimas que lamentar. Si no se dan explicaciones técnicas y profesionales razonables al respecto, ese puente debería ser clausurado, máxime que ahora es considerable el flujo vehicular que circula por el mismo.

Nadie parece ver nada. El riesgo para vehículos, conductores y transeúntes es más que evidente. Es hora de actuar urgentemente, antes de que sea demasiado tarde y halla que lamentar una tragedia que nadie desea.

Semanario LA COLMENA

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