Después de cuatro fechas sin conocer la victoria, el equipo que conduce Julio Villa, de juego sólido, derrotó 2-0 a Douglas Haig con goles de García Guerreño y Milla en los últimos diez minutos.
Recuperó por completo la memoria el Halcón. Defensa y Justicia derrotó ayer 2 a 0 a Douglas Haig, en condición de local, y volvió a sumar de a tres después de cuatro fechas en las que padeció la contundencia rival y evidenció serios problemas en la última línea, rubricado en los 13 tantos que recibió a lo largo de las últimas semanas. De esa manera, el entrenador Julio Villa consiguió un poco de alivio mientras su equipo alcanzó los diez puntos en el campeonato de la Primera B Nacional luego de siete jornadas disputadas.
Los protagonistas que habilitaron con sus gritos el festejo del conjunto de Florencio Varela fueron Rolando García Guerreño y Cristian Milla, que sentenciaron sus golpes en la red adversaria en los diez minutos finales.
Tranquilo en el manejo de la pelota y consciente de la importancia de lo que había por delante, el dueño de casa empezó el juego con el dominio del trámite. Así fue como Carlos Rearte se manifestó como el estandarte por el cual pasaba todo el tránsito en el campo. De sus pies se abrieron los caminos para desnivelar el tanteador. Sin embargo, lo que construía en el medio, no tenía eficacia en ataque. Allí radica la explicación de por qué no se movió la paridad en el transcurso de la etapa inicial.
Por el lado de los de Pergamino la historia pasaba por la inconexión. Sus principales virtudes estaban anuladas y la capacidad de creatividad, desvanecida. La transcendencia, en ese caso, se hallaba en la solidez defensiva, pilar que permitió que el cero quedara estampado en el resultado.
El complemento fue un calco que el primer segmento, aunque el equipo de la región mostró más ambición. Milla, faro en el área, entró más en circuito que proponía Rarte, mientras las chances se acumulaban gracias a los disparos de larga distancia. En paralelo, las opciones esporádicas del rojo y negro fueron bien contenidas por el arquero Arias, seguro bajo los tres palos.
Defensa, conocedor del quedo adversario, fue y buscó. Creció en el terreno y propició los festejos. A falta de siete minutos para el cierre, la lucidez de García Guerreño decantó en la mínima diferencia, algo que se aumentó en la última jugada de la mano de el artillero Milla. Desde la primera a la segunda firma, el desconcierto visitante, fue vital.
El Halcón ganó, está tranquilo y quiere levantar un vuelo mucho más prometedor.
Diario Popular
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