martes, 6 de julio de 2010

Hay que trabajar para restaurarles la confianza a los chicos

Lamentablemente no hay evaluaciones previas que intenten evitar situaciones como las que acabamos de enterarnos en Florencio Varela. Sería fundamental que existan exámenes que permitieran identificar el perfil psicológico de personas que trabajan con chicos.
Pero no los hay. De hecho, no sólo un abusador puede llegar a director de una escuela; hay otros que pueden dirigir un movimiento religioso con menores. También debería hacerse con los jueces que trabajan en Familia y Menores. No hay evaluación porque se toma como un avasallamiento de los derechos individuales, pero se trata de defender a los chicos, que a veces están en el último escalón de la protección.





El ex director de esta escuela es un delincuente. Pero no hay manera de evaluarlo previamente y darse cuenta. No hay perfiles obvios y evidentes. ¿O acaso quién hubiera dicho algo del padre Grassi?





Ahora, los psicólogos tendrán que actuar inmediatamente. El daño que una situación como esta produce en los chicos de esa escuela puede dañarlos mucho. Es posible que les cree inseguridad, desconfianza en los valores, porque todo esto es muy fuerte para ellos. Y cuando es un director es peor. Necesitan trabajo psicológico urgente porque es como una catástrofe moral. Hay que restaurarles la confianza. Los valores éticos están quebrados, está dañada la estructura social. Podrían saltar más casos en la escuela. Eso depende de cómo la familia lo maneje. Algunas lo hablan y otros siguen con la pedagogía negra de que no se habla. Los chicos tienen que sentir la confianza suficiente para hablar.

PorMirta Videla - Psicóloga, especialista en familia y maternidad

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