domingo, 8 de mayo de 2011

GUSTAVO GINOI ¿COMO VA A SER FAMOSO SI VIVE CERCA DE MI CASA?

A los diez años comenzó a incursionar en la música. En 1987 creó junto a un vecino «La Mississippi». Hoy continúa apostando a los talentos varelenses


Miembro fundador de La Mississippi y co-autor, junto a Tapia, de gran parte de los temas de la banda, comenzó con la práctica de guitarra a sus apenas 10 años en Florencio Varela, su ciudad natal. Estudió con Juan Carlos Prato, Olga Domínguez Barrios quienes lo acercaron a la guitarra española, luego vendrían el rock y el blues de la mano de Pappo, Manal, Vox Dei y tantos otros. También estudió jazz con Marcelo Poggi y EL Magisterio de Música en la escuela de Arte Rep. de Italia. En su trayectoria, aparecen algunos hitos importantes como las actuaciones de su grupo en shows de grandes músicos que visitaron la Argentina, como J. Mayall, B.B. King, B. Guy, Albert Collins, Robbert Ford, Robert Cray, Ronnie Earl, Lonnie Brooks, Creedence Clearwater Revival, Memphis Horns, James Cotton, Larry Mc Cray, Coco Montoya, Katie Webster, Eric Clapton, KoKo Taylor, Blues Etílico, entre otros.



A los diez comenzó a incursionar en el Blues. En 1987 creó junto a un vecino «La Mississippi». Hoy continúa apostando a los talentos en su lugar natal.



Con caminar pausado y, hasta, acompasado se lo puede ver pasear por las calles de Florencio Varela. Es que nunca abandonó ese rincón de la zona sur del Gran Buenos Aires que lo vio crecer. Quienes allí lo cruzan no le piden autógrafos, como si lo hacen en cualquier otra parte del país. No lo hacen por indiferencia y desinterés sino que lo conocen muy bien y prefieren saludarlo o intercambiar, en una fracción de segundos, algunas palabras.

«Ginoi», le gritan grandes y chicos al pasar. Por respeto, por admiración, su apellido es marca varelense registrada.

«Nació acá», le explica con orgullo un adolescente a un amigo -aparentemente, no perteneciente a esos pagos- mientras esperan el colectivo («Hache Roja») que los llevará a ese «Barrio Duro».

Gustavo Ginoi continúa siendo parte de ese lugar «aunque el asfalto, nunca llegó» porque «la gente espera algo mejor»… y él es parte de ello (de los vecinos y del deseo). Allí está, viendo deslizarse las irónicas baldosas del centro comercial. Por allí se fluye junto a esa señorita que, cuando niña lo supo acompañar a sus ensayos y encariñarse con cuanto joven pedía consejo a su padre. En la puerta de la primera escuela del partido, los espera su esposa, como lo hacía cuando terminaba sus estudios en aquel lugar.

A pesar de que Mississippi Blues Band es un proyecto que nació en Florencio Varela es el único de sus creadores que aún vive en el Partido. Ricardo Tapia, su cantante, prefirió dejar la casa familiar con su padre, madre y hermano como recuerdo al cual siempre poder volver.

Desde aquel 1987, Ginoi pasea su guitarra por la ciudad. Aquel músico que en sus comienzos solo pertenecía a una banda que, sin nombre, hacía covers de Blues en inglés, hoy es profesor en la Casa de la Cultura local; y padrino musical de cuanta banda desee soñar con triunfar.

«A mí me va bárbaro porque estoy haciendo lo que me gusta, estoy tocando, dando clases, rodeado de gente a la que le gusta tocar, que quiere llegar a formar una banda», afirma este destacado artista.

En una sala improvisada en un garage recuerda como llegaron a ponerle nombre a su banda: «Un día fuimos a una sala y nos preguntaron cómo nos anotaban para reservar turnos para, y le dijimos, «poné la Mississippi», como agrandándonos, porque tocábamos Blues. Y quedó así, no lo pudimos sacar más».

«Ginoi» tiene abierto el cofre del secreto de su éxito. Para quienes saber, confiesa una y otra vez que la calve no está en buscar hacer un hit vendible o exponerse ante cuanto flash aparezca sino estar más cerca de la gente, en los lugares indicados, en el tiempo justo.

Como toda creación cultural parte de una llamada del eros, el inicio de este reconocido guitarrista se dio por la aparición de Sara Bogan (cantante de Jazz). La repuesta no se hizo esperar y pronto el varelense se encontró buceando dentro del género para llegar a la estructura de doce compases.

En un diluvio musical, cayeron sobre ese niño de –por entonces- diez años, Oscar Alemán y después Pappo, Robert Jhonson, Clapton,…

Quizás, es a causa de su musa inspiradora que no descarta concluir sus días «tocando Jazz en algunos lugares chiquitos para menos gente, sin importarme demasiado, o a lo mejor seguir tocando Blues».

De ese mar de pentagramas y sueños hoy emerge el «Señor Gustavo Ginoi». Aquel que supo no tener ni un billete en el bolsillo pero que siempre se contento con ser lo que deseaba porque «ser músico o artista tiene otro tipo de gratificación, más allá de lo económico, vos hacés lo que te gusta».



Por Angela Beatriz Juarez para el Periódico El Progreso

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