TASA POR SEGURIDAD COMUNAL ¿QUIEN RINDE CUENTAS?

 Transitar por las calles varelenses es quedarse atónitos o sorprenderse a diario, o a cada rato, por el vergonzoso estado en que se encuentran la mayoría de los vehículos policiales. Por eso, cabe preguntarse hacia dónde y de qué forma se destinan los recursos que se generan para su manutención, presuntamente, a través de la cuestionada tasa por seguridad que cobra a miles de contribuyentes la comuna local.

Esa tasa –que como toda tasa es una contraprestación y no un impuesto- permite recaudar al municipio de los bolsillos de cada contribuyente $ 3 por mes, supuestamente para mejorar la seguridad de todo el distrito. Y así, por lo menos, saber por parte de los vecinos en qué y cómo se gastan esos dineros. Porque, hasta ahora, a varios meses de su implementación, nunca se dieron explicaciones válidas sobre ello. Desde la comuna, por ejemplo, nunca se dio a conocer folleto o tríptico alguno que dijera «su dinero por la tasa de seguridad se invirtió en tal cosa» sobre los patrulleros.
Tampoco hubo informe alguno del área respectiva sobre ello. Al menos en los últimos 9 meses. Y no nos referimos a la instalación de decenas de cámaras –todas no funcionarían ni estarían colocadas- que se adquirieron mediante un envío económico del gobierno nacional.

MEMORIA

Haciendo un poco de historia, cabe recordar que el 31 de octubre de 2008, hace ya más de un año, se entregaron con gran pompa 32 patrulleros «para mejorar la seguridad» supuestamente. Esas unidades Corsa, hoy por hoy, mayoritariamente presentan un estado lamentable de conservación. En su momento, la respectiva comisión de la CGERA indicó que se habían reparado 29 vehículos policiales. Por otra parte, se reveló que las camionetas 4x4 Ford Ranger fueron reparadas en talleres de la zona. En su momento, 3 meses atrás, se dijo que esas reparaciones costaron 1.100.000 pesos.

Cabe acotar que esas 7 camionetas Ford Ranger fueron entregadas el 5 de junio pasado por la comuna a las comisarías, sin los blindajes correspondientes y lógicos ante cualquier hecho delictivo que se deba prevenir o reprimir, Se ignora si ese blindaje alguna vez se hizo en ese lapso.

DESVENCIJADOS

Recorrer la ciudad permite comprobar que la mayoría de los vehículos policiales están desvencijados, sin la manutención necesaria, chocados, con problemas de frenos, falta de luces reglamentarias, paragolpes caídos, neumáticos gastados, etc. O sea, una importante cantidad están «caídos» de mantenimiento, Porque generalmente esa manutención no se hace o no se cumple como debiera. Todo ello sin mencionar las unidades «olvidadas» frente a las seccionales porque no funcionan, o les falta alguna pieza del motor.

DEUDAS

Oportunamente, algunos talleres de la ciudad procedieron a reparar algunas unidades policiales, con eficacia. Pero ahora, eso talleres

ya no reparan más esos vehículos. Ello se debe, trascendió, que de un gasto de $ 400.000, aún se deben $ 200 mil.

También cabe preguntarse si el «taller» de la firma Royal Ambiental funciona o no, pues en su momento se le compró a la misma para que hiciese su trabajo , desde la comuna, herramientas mecánicas diversas por 13 mil pesos. ¿Funcionó realmente ese taller alguna



vez?.

Se asegura, además, que en cierta ocasión se obtuvieron 1 millón de pesos en recursos por la tasa y el gasto ascendió a 1.100.000 pesos. También se conoce que algunos patrulleros reparados, a los 30 días sufrieron roturas diversas y otra vez quedaron inmovilizados.

Parece que las unidades policiales no aguantan lo rigores de conductores, calles con pozos y escasez de iluminación. Quizás esos policías deberían ser mas capacitados para manejar esos patrulleros, y además saber cuidarlos.

INTEROGANTES

Con este panorama descripto, cabe reiterar el interrogante: ¿A qué se destinan los recursos logrados por el cobro de la tasa de seguridad?. ¿Ingresan a Rentas Generales de la comuna, cuando en realidad debería contar con una partida específica para el rubro seguridad?.