Un grupo de alumnos de la señorita Irma de la Vega decidió homenajear a su histórica maestra de la Escuela Nº 10 del barrio Villa Vatteone. Un muy sentido reconocimiento a una persona que marcó la vida de muchos chicos
Acaba de cumplir cien años la señora Irma de la Vega, quien fue una destacada docente y dejó un recuerdo imborrable en sus alumnos.
Precisamente uno de ellos, el vecino quilmeño Hipólito Irigoyen, mencionó que "la señorita Irma ha cumplido cien años y por tal motivo un grupo de alumnos participamos de una reunión de camaradería con ella en La Plata".
Hipólito recordó que la tuvo como maestra en la Escuela Nº 10 Manuel Belgrano, en Villa Vatteone, Florencio Varela. "Fue mi maestra en segundo, quinto y sexto grado. Sin duda, una gran maestra, que en todos sus alumnos dejó su impronta".
Explicó que "en aquellos tiempos la enseñanza era muy distinta a la actual. La escuela era un templo y en nuestro caso teníamos una excelente directora, la señora Haydée Guererro, quien sobresalía en toda la provincia.
"Tenía muy buenas ideas y a los que nos destacábamos los apuntaba y nos hacía ir a la facultad, valga la expresión, que en ese momento existía en Varela, que era la Biblioteca Central".
Recuerdos
Hipólito tuvo a la señorita Irma como maestra entre los 11 y 13 años, allá por la década del cuarenta.
Señaló asimismo que "en Florencio Varela en esos tiempos vivía gente muy humilde y éramos muy pocos los que teníamos posibilidades de estudiar en la escuela pública".
Reiteró que esta maestra dejó una señal imborrable en su educación, e incluso se forjó una amistad entre las familias porque si bien la maestra vivía en La Plata tenía muchas raíces en Florencio Varela.
Irigoyen destacó de esa etapa escolar "el espíritu de aprendizaje que se inculcaba en el establecimiento. Eran los tiempos del enorme auge del automovilismo deportivo y del atletismo, que generaba mucha pasión en los jóvenes de la época. Precisamente las docentes alimentaban esa vocación por el deporte para que los alumnos pudiésemos aprender de los lugares donde se corrían las carreras. Por ejemplo, por Florencio Varela pasaban las famosas mil millas y algunos pilotos se acercaban al lugar para ir conociendo el circuito".
El vecino refirió que "hubo una carrera trágica, porque en un despiste un corredor atropelló a varias personas, dos de ellas murieron, uno era un vecino de Villa Vatteone y otro era un hombre de la Capital que había venido a Bernal a comprar una panadería y fue a ver las mil millas por Varela. Incluso conocía a un muchacho con el que presenciamos la carrera, quien me contó que en su empresa trabajaba un empleado que le relató que su padre había muerto en esa prueba. Y lo tenía loco para que le hablara de ese accidente".
Hipólito volvió a hablar de su maestra, Irma, "perteneciente a esa clase de docentes que dejaron su huella en nosotros, aquellos jóvenes que encontrábamos en la escuela un lugar de formación y de profunda enseñanza. No podían faltar estos recuerdos del automovilismo deportivo, en esos tiempos, porque los maestros solían lograr de sus alumnos que compartieran sus vivencias fuera de la escuela, empalmándolas con la actividad educativa".
"La señorita Irma, una gran docente, llegó a ser Inspectora General de la Provincia", concluyó el vecino, quien participó con mucha emoción del encuentro en que la docente recibió el agasajo de sus queridos alumnos.
Diario El Sol de Quilmes
domingo, 15 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario